Javier Bermúdez
{mosimage}Escribo las siguientes líneas como vecino de La Cuesta ante la celebración de la 3ª Asamblea Ciudadana Lagunera en mi barrio, y ante la imposibilidad de poder asistir. Para plantear los problemas actuales que en mi opinión tiene La Cuesta, primero hay que entender el contexto y la evolución de esta zona urbana. La Cuesta se ha constituido históricamente como zona de paso desde Santa Cruz a La Laguna, y viceversa, convirtiéndose con posterioridad en lugar de recepción de inmigración de canarios de otras islas o de municipios de Tenerife que venían como mano de obra de industrias como la refinería o el puerto de Sta Cruz, y que debido a lo barato del suelo en lo que anteriormente se conocía como El Becerril, construyeron sus propias casas en lo que se convertiría en El Barrio de La Candelaria.
Este carácter obrero se mantiene en las sucesivas expansiones del núcleo principal; normalmente La Cuesta es destino de trabajadores que buscan vivienda barata para poder residir pero su destino de trabajo está fuera. Toda esta historia que marca lo que es esta zona del municipio de La Laguna, lo podemos resumir de la siguiente manera:
Crecimiento poblacional rápido que no iba acompañado de desarrollo de servicios al mismo ritmo.
Barrio-dormitorio; normalmente se vive aquí pero se trabaja fuera lo que implica un tejido económico débil y sobre todo comercial, ofreciendo una demanda baja de trabajo, situación que se mantiene en la actualidad.
Falta de una identidad comunitaria clara. Aunque puede haber una autodefinción como “soy de La Cuesta” o “soy del Barrio de La Candelaria”, sobre todo al principio, esta identidad se va diluyendo probablemente por el estigma que se tuvo durante años, por la pérdida progresiva de actividad comunitaria y el aumento de la población. Lo sí que es evidente es que no hay una autoidentificación de primeras que diga “soy lagunero”, habría que reflexionar el porqué.
Realidad multicultural. El barrio de La Candelaria se constituye en la zona de recepción histórica del colectivo gitano en los años 80 y con posterioridad toda La Cuesta lo es de inmigrantes de diferentes nacionalidades, sobre todo de países latinoamericanos. Por lo tanto es una zona multicultural con las ventajas y también retos que todo ello implica.
He tratado hacer una exposición muy breve para entender como se ha llegado al momento actual. Tras un periodo de carencias y de desarrollo de servicios básicos a ritmo lento, es innegable que la inversión de fondos europeos y propios supuso el desarrollo de diferentes infraestructuras que han supuesto una mejora en la calidad de vida de la población y unos lugares donde recuperar el encuentro y la actividad comunitaria; piscina de La Cuesta, Plaza y espacio multifuncional del tranvía, en el que estamos realizando esta asamblea, Plaza Barrio de La Candelaria(plaza de Don Trino) No se puede negar esta realidad y hay que reconocerla.
A partir de aquí planteo brevemente los que desde mi punto de vista son los retos actuales y que deben ser el centro de atención de las diferentes administraciones canarias incluido de manera fundamental el Ayto de La Laguna:
El principal problema de La Cuesta es el paro. Hay que desarrollar un tejido económico propio, no solo comercial, donde cobre especial importancia la economía social, el cooperativismo, formación para el empleo, innovación y nuevas tecnologías, etc. Existen buenos proyectos en este sentido, pero entiendo que se deben reforzar y ampliar. Hay que favorecer desde el Ayto, iniciativas económicas de personas o colectivos, pero propiciar también la creación de empresas municipales públicas que desarrollen servicios de varios tipos; educativos, etc, y que puedandar empleo a personas de la zona.
Intervenir en los aspectos comunitarios. La identidad del “barrio” en sentido amplio; memoria histórica, dinamización, sensibilización en aspectos de convivencia, ampliación de los contenedores de reciclaje e implantación de sistema de recogida “puerta a puerta”.Como en el caso anterior, existen proyectos y colectivos trabajando en esto, pero debe ir más allá, y generar intervenciones estables que favorezcan los factores citados y que generen empleo.
Es fundamental también abrir procesos participativos. La ciudadanía de La Cuesta, igual que toda la de La Laguna, debiera poder decidir sobre qué proyectos son prioritarios y que parte del presupuesto se dedica a ellos, es decir, es necesario implantar unos presupuestos participativos.
No se puede dar un paso atrás en infraestructuras básicas, sobre todo si hablamos de aspectos tan delicados como la salud. El Centro de Salud de la Cuesta ha permanecido cerrado durante cuatro años, en los cuales cerca de 30.000 vecinos tenían que desplazarse al Hospital Universitario. Este hecho no solo supone un perjuicio y un dolor de cabeza a vecinos y vecinas, generando un gran malestar, sino que además eliminó durante todo este periodo la posibilidad de planificar desde el terreno medidas de salud comunitaria y educación para la salud. Se ha anunciado que hay fondos del Gobierno de Canarias para iniciar las obras, habrá que estar pendientes y ser inflexibles con su cumplimiento.
Dado la realidad de fracaso escolar en muchos jóvenes de La Cuesta, es importante mantener y ampliar los programas de refuerzos educativos y educación compensatoria, fuertemente recortados por el gobierno central. Es importante que para esos servicios favorecer empresas o iniciativas de economía social y no subcontratas que en su perspectiva del máximo beneficio han generado problemas, incumplimientos con trabajadores y trabajadoras, como por ejemplo en el caso de las ludotecas.
Desarrollo de escuelas de educación infantil municipales en el tramo 0-3 de manera prioritaria a subvencionar a escuelas infantiles privadas.
Un último aspecto a destacar es el tema de la movilidadad. Está claro que todas nuestras ciudades están más orientadas a los coches que a las personas, en La Cuesta también. Hay que invertir esta relación, buscar una movilidad sostenible y recuperar espacios para las personas, evitando además problemas de seguridad peatonal que ya ha costado más de una desgracia. Además garantizar que el barrio sea un espacio accesible a las personas con algún tipo de discapacidad, tanto física como sensorial o de otro tipo, favoreciendo las adaptaciones que sean necesario para ello en el mobiliario urbano.
Estas serían unas primeras reflexiones, espero que contribuyan a generar debate y propuesta en esta 3ª Asamblea Ciudadana Lagunera.
Un saludo