La posibilidad de que la fotografía de la ministra y el presidente hundiese el pleno de este jueves jugó en su contra
{mosimage}Cinco años y medio después de su estallido, el caso Gürtel se ha cobrado su pieza política de mayor nivel: la ministra de Sanidad, Ana Mato, pata negra del PP y muy cercana a Mariano Rajoy, dimitió este miércoles tras una reunión con el presidente del Gobierno en La Moncloa. Formalmente se vendió como una dimisión, pero pocas horas antes su equipo trasladaba que quería seguir. La decisión final la tomó Rajoy, según diversas fuentes.
Mato, que desde que hace 27 años se fuera a trabajar para José María Aznar en Valladolid siempre ha estado en política, seguirá de diputada rasa en el Congreso, aunque no irá al pleno. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, asumirá sus funciones hasta que haya nuevo titular de la cartera, un cargo para el que se apunta como candidata a la secretaria de Estado, Susana Camarero.
Mato dimite después de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, sostuviera en un auto que la ministra fue “partícipe a título lucrativo” de los delitos supuestamente cometidos por su exesposo y exalcalde de Pozuelo (Madrid), Jesús Sepúlveda.
Mato se convierte así en la política popular de mayor rango que se lleva por delante Gürtel, el gran quebradero de cabeza de Rajoy, después de Francisco Camps, que dimitió en 2011 tras un largo calvario similar al que ha sufrido la responsable de Sanidad. En ambos casos, Rajoy les mantuvo su apoyo hasta el final y dejó que su imagen se fuera deteriorando hasta que la presión fue insoportable.
En un primer momento, Mato se resistió y rechazó la dimisión, como ha hecho siempre en las diversas crisis que ha sufrido desde que Rajoy la nombrara en 2011. De hecho su equipo preparó un comunicado para explicar que nadie le imputaba ningún delito, que el juez la colocaba en el mismo lugar que al PP, también “partícipe a título lucrativo”. Alrededor de las tres de la tarde de este miércoles, el entorno de Mato aseguraba que ella no se planteaba dimitir “de momento”. Pero ese texto nunca se llegó a publicar y la sensación fue cambiando a lo largo de la tarde, hasta que a las 19.47 llegó el comunicado oficial dando cuenta de la dimisión.
Mato se había resistido otras veces y había aguantado las presiones para que cesara porque contaba con el apoyo de Rajoy. Pero esta vez era diferente. Primero porque el presidente y el PP están hundidos en las encuestas y el deterioro provocado por los escándalos de corrupción ha disparado ya todas las alarmas internas. Barones autonómicos y alcaldes, que tienen elecciones en mayo de 2015, reclaman a Rajoy contundencia frente a los escándalos.
Pero sobre todo, porque esta vez los tiempos políticos jugaban contra ella. Rajoy protagoniza un pleno clave en el Congreso, que el presidente diseñó para dar un giro y salir del pozo en el que le han colocado los últimos escándalos, en especial la Operación Púnica. Esta situación ha hecho que el 86,6% de los españoles confíe poco o nada en el presidente y que el PP haya caído hasta el 27%, según el CIS, mientras Podemos es ya la primera fuerza en intención de voto directa.
En el PP se extendió durante toda la tarde la idea de que el juez Pablo Ruz había elegido para sacar su auto el día que más daño político podía hacer a Rajoy, precisamente antes de ese pleno clave. En la cúpula del partido se escuchan críticas muy duras contra un juez que ordenó a la policía un registro en la sede del PP por primera vez en su historia porque el partido no le daba los documentos que pedía.
Mato nunca dimitió hasta este miércoles, pese a que la oposición se lo pidió muchas veces, porque Rajoy, alérgico a los cambios, podía asumir el coste de tener una ministra quemada como tiene a otros. Pero esta vez, según señalaban antes y después de la dimisión varios altos cargos del PP y del Gobierno, “era Rajoy o Mato”. Porque el coste iba directamente sobre la imagen del presidente, que iba a ver a toda la oposición reclamándole en el pleno de este jueves que empezara por destituir a la ministra antes de hablar de ser implacable contra la corrupción.
Rajoy siempre agradeció a Mato su lealtad en los momentos difíciles, después de la segunda derrota en 2008, y creía que era injusto que ella tuviera que pagar por los delitos de su exmarido. Pero ante la tesitura de que el hundimiento de Mato arrastrara su propia imagen, el presidente ha decidido prescindir de ella.
Mato se convierte así en la segunda dimisión del Ejecutivo de Rajoy, después de Alberto Ruiz-Gallardón, que dejó el cargo de ministro de Justicia en septiembre pasado, pero sin que mediara ningún escándalo, sino por una cuestión puramente política: la retirada de la reforma de la ley del aborto. Al contrario de que lo sucedió con Gallardón, Rajoy no anunció quién sucederá a Mato al frente del Ministerio de Sanidad, una decisión que aún no parecía tomada porque la dimisión se produjo de forma precipitada por la tarde. Rajoy tendrá que hacer la tercera remodelación desde 2011, aunque mínima, después de la salida de Miguel Arias Cañete para ser candidato europeo y la de Gallardón.
Mato reivindica en su comunicado que dimite aunque el juez no le imputa ningún delito ni le “atribuye responsabilidad penal alguna”. “No quiero, bajo ningún concepto, que mi permanencia en esta responsabilidad pueda ser utilizada para perjudicar al Gobierno de España, a su presidente ni tampoco al PP”, remata el texto que deja claro que su salida está pensada para proteger al presidente del Gobierno.
El exsecretario general de PP Ángel Acebes ha sido sobreseído en esta instrucción del caso Gürtel, pero sigue imputado en la pieza que estaba separada de los papeles de Bárcenas. También sobresee la imputación de Julia López Valladares y Carlos Ignacio Hernández Montiel
Además, considera que se deben procesar a los ex alcaldes Guillermo Ortega y Jesús Sepùlveda, el ex senador Jesús Merino, el ex concejal de Estepona Ricardo Galeote, el exconsejero de la Comunidad de Madrid Alberto López Viejo, además de funcionarios, empresarios, etc.
El magistrado del juzgado central de instrucción 5 entiende que 43 personas deben sentarse en el banquillo por operaciones con administraciones públicas en Castilla y León, Estepona y la Comunidad de Madrid, en concreto la capital, Pozuelo y Majadahonda.
El juez considera que 3 de los 4 extesoreros que ha tenido el PP en su historia forman parte de esta trama corrupta. Así, explica en el auto que la trama Gürtel era un grupo jerarquizado y con una estrategia coordinada. Y sitúa como líderes a Francisco Correa y Pablo Crespo de una trama en la que participaron los ex tesoreros del Partido Popular, Luis Bárcenas y Alvaro Lapuerta y Angel Sanchís. Pablo Crespo fue también exsecretario de Organización del PP gallego.
El auto relata cómo Francisco Correa, que comenzó su actividad con 14 años como botones turístico, terminó siendo el máximo responsable de la organización, con Pablo Crespo actuando bajo sus órdenes y ejecutando las directrices que le marcaba.
El auto de transformación en procedimiento abreviado que ha dictado este jueves el juez Ruz abarca 205 folios y se centra en la pieza denominada como Época I 1999-2005. Este auto no es firme y contra él cabe recurso. Supone la fase inmediatamente anterior del auto de apertura de juicio oral, por el que Ana Mato se sentará en el banquillo en caso de que sean confirmadas las responsabilidades civiles.