{mosimage}La juventud española está entre las más pesimistas de Europa sobre su futuro laboral, piensa que vivirá peor que sus padres y más de la mitad planea mudarse a otros países en busca de trabajo. Este es, a grandes rasgos, el diagnóstico que se extrae de la macroencuesta realizada por el Instituto para la Sociedad y las Comunicaciones de Vodafone en seis de los países más importantes de Europa (Reino Unido, Alemania, Italia, Holanda, República Checa y España) con más de 6.000 entrevistas a jóvenes de entre 18 y 30 años.
El estudio también saca a relucir que los holandeses (71%) y los alemanes (66%) son los más optimistas acerca de su futuro, mientras que los italianos (41%) y los españoles son más pesimistas (49%), lo que cuadra con la situación económica de cada país. Los resultados empeoran notablemente cuando a los encuestados se les pregunta si esperan tener una vida mejor que la generación de sus padres. En este caso, solo el 29% de los españoles se pronuncia afirmativamente, frente al 43% de los alemanes.
La estampa estadística se repite cuando se cuestiona sobre la confianza que tienen los jóvenes en encontrar un empleo de acuerdo con su capacitación. Solo el 40% de los sondeados españoles se ve capaz de ocuparse en su campo de formación frente al 66% de los alemanes y el 59% de los británicos.
En la situación laboral actual de los jóvenes, las diferencias son también muy considerables. Mientras que en Alemania, Reino Unido y República Checa entre el 38% y el 44% de los empleados lo son a tiempo completo, en el caso de España e Italia es la mitad (20% y 18%, respectivamente). Respecto a los motivos de elección del trabajo, el interés por hacerlo en el sector elegido vocacionalmente es la razón más común en todos los Estados, pero España es el único país en el que “evitar el desempleo” es un motivo más poderoso para coger un empleo que el salario que se paga por el mismo.
La precariedad y el paro también se dejan notar en la permanencia en la escuela que se alarga notablemente en España e Italia para compensar la falta de oportunidades laborales. Aunque el 58% de los jóvenes españoles creen que la formación recibida les capacita suficientemente para desempeñar un trabajo, el 65% de los encuestados entre 18 y 30 años siguen estudiando, una proporción que aún es del 48% entre mayores de 27 años.