“La forma democrática de cambiar todo esto es yendo a votar y que nuevos políticos cambien las leyes”, dijo
{mosimage}{mosimage}Audio de la entrevista
SB-Noticias.- Antonio Revert, Secretario Judicial en Santa Cruz de Tenerife, valoró en La Trapera de Radio San Borondón la violenta actuación de la Armada española el pasado sábado contra Greenpeace y dejó claro que como ciudadano siente una inmensa tristeza por lo ocurrido. Estima que estamos, según sus palabras, empoderando a los poderes fácticos hasta unos límites sobrecogedores.
Antonio Revert reflexiona sobre el tipo de democracia que tenemos. Considera que ante los procesos electorales que se avecinan hemos de ser conscientes de lo que nos jugamos. Hay un sentimiento generalizado en la sociedad de que son constantes las decisiones de los gobiernos tomadas sin consultarnos y sin tener en cuenta nuestros intereses. Cualquiera que sea la opción política de cada cual, lo que es importante, a su juicio, es acudir a votar.
Hace referencia a cómo se habla de que Repsol creará puestos de trabajo, pero sin que ya nos preguntemos cómo serán sus contratos, o qué condiciones y salarios tendrán los trabajadores. A su juicio se han producido cambios muy relevantes incluso en la forma de hablar, el lenguaje, por consecuencia de la entrada en vigor de la reforma laboral y de la situación de precariedad laboral que se ha creado. Parece como si ya estuviéramos dispuestos a aceptar cualesquiera condiciones laborales con tal de que las empresas vengan a invertir.
Ya “no nos importa, -sigue reflexionando como ciudadano-, que pongan en riesgo el litoral canario, estamos tan mal que parece que nos conformamos con todo, a cambio de que se creen puestos de trabajo del tipo que sean. Así pasó con Eurovegas, por ejemplo, donde un empresario pone sus condiciones a los gobiernos para decidir invertir en España. Se permite hasta exigir o pedir a nuestros representantes políticos que se modifique, o que se inaplique para su empresa una determinada norma de nuestro ordenamiento jurídico, como es la llamada ley anti-tabaco. Es el momento de recordar que a la hora de legislar, en una verdadera democracia, debe ser criterio rector el interés de los gobernados, que no puede subordinarse a ningún otro interés. Considera que hay que ser crítico porque, “cuando vayamos a votar podemos cambiar nuestro futuro y el de nuestros hijos, ya que tenemos derecho a decidir y no dejar en manos de terceras personas nuestro
futuro: no se puede dejar de ir a votar”.
En cuanto a si el ejercito actuó bien o mal, explica que no puede expresarse porque es funcionario del Estado; entiende que si hubiere existido algún tipo de actuación irregular, dicha actuación puede ser examinada por juzgados y tribunales para depurar la responsabilidad que en su caso pueda haberse originado. Se pone en el lugar de esos militares que reciben órdenes, que tienen hijos, una hipoteca por pagar, no pudiendo declinar ninguna orden por miedo a perder su puesto de trabajo. Es posible, afirma, que incluso alguno de ellos pueda estar en contra de las prospecciones. Es precisamente garantía del Estado de Derecho el que los funcionarios actuamos con total sujeción a la Ley. No podemos actuar por nuestra cuenta, aunque no estemos de acuerdo con determinadas leyes. Por tanto, afirma que quizá la cuestión no sea tanto exigir comportamientos "heroicos" de funcionarios públicos, oponiéndose a acatar y cumplir una ley o una orden por
considerarla injusta. Sino utilizar los cauces democráticamente establecidos para cambiar las leyes. Y para eso, hay que empezar por ir a votar.