El teniente ha denunciado en un libro presuntos trapicheos de dinero, corruptelas y abuso de poder en las Fuerzas Armadas
{mosimage}{mosimage}Audio de la entrevista
SB-Noticias.- El teniente del Ejército de Tierra Luis Gonzalo Segura está suspendido de sus funciones en la Jefatura de Información y Telecomunicaciones del Ejército de Tierra desde mayo de 2012. El motivo: denunciar corruptelas, trapicheos de dinero y abuso de poder en el Ejército español. Ha materializado esas revelaciones en el libro Un paso al frente, que explica a través de una trama novelada su historia en el Ejército, en el que lleva cerca de 12 años sirviendo.
El teniente Luis Gonzalo Segura, autor del libro "Un paso al frente", repasó en declaraciones a Radio San Borondón los problemas que le están cayendo encima desde que denunciara en sus páginas graves situaciones que se producen en las Fuerzas Armadas españolas, y que se trata de una institución que se ha quedado anclada en el pasado, lo que entre otras cosas le ha llevado a quedar suspendido de empleo y sueldo y a esperar una condena a prisión militar.
"No me arrepiento por haber denunciado nada", aseguró el militar en una entrevista para Radio San Borondón, en la que afirmó que perder la libertad por escribir un libro es propio de otras épocas en las que había represión y ausencias de libertades.
Dijo que Un paso al frente es un libro de denuncia sobre las corruptelas y abusos que existen en el ejército español, pero también de concienciación a la ciudadanía de lo que ocurre en el seno de una institución arcaica, que se ha quedado anclada en el siglo pasado aunque tenga los problemas lógicos de este, y que cuenta con un modelo presupuestario totalmente ruinoso por parte del Ministerio de Defensa, que permite entre otras cosas que haya más mandos de los que se necesitan
Sobre su situación actual, explicó que se ha abierto un proceso contra él, a través de un pliego de cargo por faltas, con las que tratan de encarcelarlo: “El fiscal está estudiando imputarme un delito de hasta seis años”, para exponer que con su caso el estamento de mando trata de inculcar el miedo a todo disidente que estuviera pensando igual que él denunciar todas las aberraciones que se cometen en el ejército, como por ejemplo los abusos de poder contra madres canarias a las que se obliga prácticamente a abandonar a sus hijos menores.
“Yo cuento en Un paso al frente lo sabe todo el mundo, no me invento nada, de hecho son muchos los compañeros que al leer el libro me dicen que me he quedado corto”, dijo el militar, asegurando que el suyo, sin duda, es el libro más prohibido de los últimos tiempos en España, en donde la democracia brilla por su ausencia.
Luis Gonzalo Segura afirma que es un hecho muy grave que se quiera encerrar a una persona por el simple hecho de escribir un libro, algo que no ocurre en otros lugares del mundo: “Es algo intolerable en pleno siglo XXI y en un país que se dice democrático”, por lo que espera que Europa entre de lleno en este asunto de abuso de poder, pero además espera que la ciudadanía se pregunte qué está pasando en las Fuerzas armadas para que se prive de libertad a una persona por denunciar hechos que han pasado.
Dijo que para comunicarle la expulsión del cuerpo, “me llevaron a un pequeño servicio, en donde había cuatro altos mandos, quienes me comunicaron que tenía 15 minutos para recoger mis pertenencias y marcharme, sin tener en cuenta mi hoja de servicios, ni que se trata de un atentado contra la democracia” e insistió en que con esta drástica medida buscan silenciar voces discordantes porque tienen miedo, no en vano, a pesar de las prohibiciones y presiones a los soldados, son más de 10.000 los compañeros del ejército que han comprado el libro.
Por otro lado, Segura reflexionó sobre el hecho de que la justicia militar no esté sujeta a la justicia civil y sobre el hecho de que quienes lo juzgan, sean los jueces, los fiscales, incluso los testigos, y que mientras en España cualquiera tiene derecho a hablar de cualquier tema y de denunciar cualquier corruptela, a él se le pretenda encerrar con un juicio sumarísimo, propio de regímenes dictatoriales, por contar lo que ha visto
“No me van a callar, pienso seguir hablando aunque me encierren muchos años en la cárcel”, dijo el militar, quien entiende que ni el Estado español, ni Europa, ni la propia sociedad se pueden permitir atropellos contra la libertad, ni que se silencien a las voces críticas como están tratando de hacer con él.