{mosimage}El IPC subió un 0,2% en septiembre respecto al mes de agosto, y elevó tres décimas su tasa interanual, hasta el -0,2%, debido a la subida de los precios de la electricidad y a la evolución de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, especialmente de las frutas frescas y las legumbres, según ha informado este martes el INE, que confirma así el dato interanual avanzado a finales del mes pasado.
Con el dato de septiembre, el IPC interanual encadena su tercera tasa negativa tras el -0,3% y el -0,5% de julio y agosto, respectivamente. Es la quinta vez en doce meses en que los precios muestran tasas interanuales negativas. Pese a todo, el Gobierno ha descartado que la economía se encuentre en deflación.
El último mes en el que los precios registraron una tasa más habitual para la economía española fue el de agosto de 2013, cuando el IPC se situó en el 1,5%. A partir de ahí, en parte por el 'efecto escalón' de la subida del IVA aplicada en 2012, el IPC dio un importante bajón.
Estadística ha atribuido el repunte interanual del IPC en septiembre al comportamiento de dos grupos: alimentos y bebidas no alcohólicas, que elevaron su tasa casi 1,5 puntos respecto a septiembre de 2013, hasta el -0,8%, por el menor descenso de los precios de las frutas frescas en relación a un año atrás y por la subida de los precios de la legumbres y hortalizas frescas, y a la vivienda, que situó su tasa interanual en el 2,2%, más de un punto por encima de la registrada en agosto, debido al encarecimiento de la electricidad.
En el lado de los descensos, destacó el grupo de transporte, que recortó su tasa interanual seis décimas, hasta el -1%, por el abaratamiento de carburantes y lubricantes y la bajada de los precios del transporte aéreo, mayor en septiembre de este año que en igual mes de 2013.
En tasa mensual (septiembre sobre agosto), los precios subieron un 0,2%, en contraste con el descenso del 0,2% registrado un año antes, debido, principalmente, al repunte en un 4,9% del vestido y el calzado por la finalización del periodo de rebajas y el inicio de la temporada de invierno, y a la subida en un 1,4% de la vivienda por el mayor coste de la electricidad.
Por su parte, la inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, bajó una décima en septiembre, hasta el -0,1%, situándose una décima por encima de la del IPC general, al tiempo que el Indice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa anual en el -0,3%, con lo que aumentó dos décimas respecto al mes de agosto.
Entre tener un recurso laboral barato a tener una demanda de calidad, es preferible, en la situación actual, lo segundo. El trabajador y el consumidor se unifica en la misma persona. Es por ello que las directrices de actuación en materia de poder adquisitivo deben tener dos planos de actuación Es por ello que la Administración Pública debe centrar su Política Económica en el fomento de la actividad productiva y para ello debe dotarse de Leyes Presupuestarias más cercanas al ciudadano y menos de los mercados.
Las medidas de recorte y disminución del poder adquisitivo a las clases sociales medias-bajas de forma que los contratos indefinidos han sido sustituidos por otros temporales. Este hecho ha ocasionado una pésima evolución de la tasa de paro y retrasará el consumo sobre la base de una renta monetaria débil e insegura. Por ello la variable clave es el empleo y dentro de éste, el salario, puesto que otorga poder de compra al asegurar rentas.
Las reformas estructurales laminan las relaciones sociales. Se está apostando por un sistema de convivencia que elimina la solidaridad y el consenso y se sustituye por otro en donde el individualismo y el conservadurismo pretende imperar. Es por ello que hay que reclamar al Gobierno la apertura de un proceso de negociación para cambiar en profundidad la reforma laboral, centrar las políticas públicas en el crecimiento económico y la creación de empleo, en la defensa del modelo social, los servicios públicos esenciales y la cohesión social.