Close Menu
San Borondon InfoSan Borondon Info
  • 🏚 Inicio
  • 💯 Nosotros
  • 📰 Noticias
    • Cultura
    • Economía
    • Educación
    • Internacional
    • Justicia
    • Medio Ambiente
    • Movimiento Ciudadano
    • Noticias Política
    • Sanidad
    • Sociedad
    • Turismo
    • Corrupción
    • Ciencia
  • 👨‍💼 Opinión
    • Salud
    • Política Social
    • Política Opinión
    • Medios
    • Medio Ambiente
    • Justicia
    • Energía
    • Educación
    • Economía
    • Desarrollo
    • Cultura
  • 🎯 Sala SB
    • Programación
    • Actividades
  • 🎙 Audios de RSB
    • 📻 LA TRAPERA
Facebook X (Twitter) Instagram YouTube
San Borondon InfoSan Borondon Info
Facebook X (Twitter) Instagram
ESCUCHAR ONLINE
  • 🏚 Inicio
  • 💯 Nosotros
  • 📰 Noticias
    • Cultura
    • Economía
    • Educación
    • Internacional
    • Justicia
    • Medio Ambiente
    • Movimiento Ciudadano
    • Noticias Política
    • Sanidad
    • Sociedad
    • Turismo
    • Corrupción
    • Ciencia
  • 👨‍💼 Opinión
    • Salud
    • Política Social
    • Política Opinión
    • Medios
    • Medio Ambiente
    • Justicia
    • Energía
    • Educación
    • Economía
    • Desarrollo
    • Cultura
  • 🎯 Sala SB
    • Programación
    • Actividades
  • 🎙 Audios de RSB
    • 📻 LA TRAPERA
San Borondon InfoSan Borondon Info
Portada » Veinticuatro días, veintiuna horas
Salud

Veinticuatro días, veintiuna horas

septiembre 22, 2014No hay comentarios4 Mins Read
Facebook Twitter Email Telegram WhatsApp Copy Link
Compartir
Facebook Twitter Email Telegram WhatsApp Copy Link

Almudena Grandes. El País

{mosimage}Esta es una historia real, que le ha tocado vivir a un amigo mío este verano, pero podría habernos tocado a cualquiera. Esta historia real sucedió en la provincia de Cádiz, pero podría haber sucedido en cualquier otra. Esta historia real comienza cuando el padre de mi amigo, con más de ochenta años y una cardiopatía de cierta importancia, tuvo la mala suerte de caerse y partirse una cadera. Cuando sus hijos llamaron a una ambulancia estaban tan preocupados, tan nerviosos, que olvidaron la recomendación que corre de boca en boca por su pueblo desde hace algunos años.

–Si algún día pasa algo, que te lleven al hospital de Puerto Real, que es público. Si llamas a una ambulancia y no dices nada, te llevan al concertado de El Puerto, pero tú dices que no, que no, que quieres ir a Puerto Real porque tienes derecho…

Se les olvidó. Estaban tan nerviosos, tan preocupados, que no se acordaron a tiempo. Después sí. Les sobró tiempo para recordar esa recomendación desde que los médicos de la clínica concertada les advirtieron que la fractura de su padre no se podía operar, porque en su estado una anestesia general resultaría demasiado arriesgada.

    Los médicos miraron a mi amigo como si fuera tonto, como si estuviera loco, como si acabara de decir una estupidez

–¿Y una epidural?

Los médicos miraron a mi amigo como si fuera tonto, como si estuviera loco, como si acabara de decir una estupidez que no mereciera siquiera un comentario. Nada, nada, insistieron, le inmovilizamos, esperamos a que la cadera suelde por sí sola, y ya está.

–¿Y si no suelda?

Que sí, que sí, le dijeron, ¿cómo no va a soldar, hombre? Y se marcharon. Si mi amigo no hubiera ido a la universidad, si no hubieran ido a la universidad sus hermanos, si uno de ellos no hubiera tenido un cuñado traumatólogo, probablemente su padre no se habría levantado jamás de una silla de ruedas, tal vez ni siquiera habría superado una inmovilización tan prolongada. Pero ellos preguntaron, protestaron, insistieron, se pusieron pesadísimos, y después de una larga batalla burocrática lograron sacar a su padre del hospital concertado donde por falta de medios técnicos, o de personal, o de capacidad, o tal vez, simplemente, por criterios de rentabilidad, no habían querido ocuparse de aquel enfermo.

Cuando llegaron al hospital público de Cádiz, respiraron. Claro que se puede operar a este hombre, dijo el traumatólogo que les atendió, ¿cómo no se va a poder? El cardiólogo estuvo de acuerdo, el anestesista llegó a hacerle pruebas, pero en las oficinas dijeron que no. No podía ser, porque ese hospital no le correspondía.

–Pero mire usted… –mi amigo intentó volver a ponerse pesado–. Mi padre ya lleva casi tres semanas ingresado para nada, ha sufrido un montón, es un hombre mayor, ya sé que no le corresponde este hospital, pero ahora otra ambulancia, otro ingreso, en pleno agosto… Ya que está aquí, ¿no podrían operarle y…?

Pues no, no podían. Le hicieron más pruebas, le miraron más veces, tuvo que esperar a que hubiera camas libres en otro centro, transporte disponible, y por fin, tras veintitrés días de hospitalización inútil, el pobre paciente desembarcó en el hospital de Puerto Real, al que habría podido llegar el mismo día de su caída si sus hijos se hubieran acordado de presionar al conductor de la ambulancia a tiempo.

–Claro –el tercer traumatólogo a cargo de aquel paciente miró al tercer cardiólogo, que asintió y se volvió hacia el tercer anestesista para comprobar que a él también le parecía bien–. Mañana, antes de la una, le operamos con epidural y ya está. Con todos los papeles que habéis traído, no le vamos a hacer más pruebas, pobre hombre…

Mi amigo no se lo podía creer, pero así fue. Al día siguiente, a media mañana, bajaron a su padre al quirófano, le operaron de la cadera con anestesia epidural, se recuperó sin ningún problema y pasó directamente a planta. Al verlo allí, en su cama, tan tranquilo, la hermana de mi amigo hizo cálculos en voz alta.

–Veinticuatro días, ¿os dais cuenta? Hemos tardado veinticuatro días en llegar a este hospital, y aquí, en veintiuna horas lo han resuelto todo. ¿No es increíble?

Esta es una historia real que habla de la realidad de la sanidad pública y la sanidad concertada en España. Ocurrió en la provincia de Cádiz, pero podría haber sucedido en cualquier otra. La incógnita a resolver es cuánto les cuesta a los contribuyentes veintitrés días de hospitalización inútil de un paciente. La eficiencia en la gestión, la rentabilidad y la calidad de la atención en la sanidad concertada son una triste evidencia.

Share. Facebook Twitter Email Telegram WhatsApp Copy Link
Previous ArticleSan Bartolomé de Tirajana pretende aprobar una RPT en la que se reconoce el despido discrecional de los laborales fijos e indefinidos
Next Article Corrales: “Aunque sea para sacarse la fotito electoral, a ver si Bermúdez arregla las escaleras por las que suben mayores y niños de Barrio Nuevo”

Artículos Relacionados

Sanidad Pública, ampliaciones y ciclotrón Sr. Ponce, con todo respeto

mayo 3, 2025

El despotismo de “sus señorías” en el Parlamento de Canarias

abril 25, 2025

La Residencia Sanitaria

abril 15, 2025

Dietas, inversiones y deuda

marzo 5, 2025

25 años, un cuarto de siglo y, ¿Qué ha cambiado?

enero 12, 2025

Avatares varios del día a día

octubre 15, 2024
Add A Comment
Leave A Reply Cancel Reply

ESCUCHA TU RADIO ONLINE

  • https://cast5.my-control-panel.com/proxy/carlosal/stream

Suscribirse a nuestro podcast
Acerca de Nosotros
Acerca de Nosotros

Radio San Borondón, desde muy pronto, comienza a adquirir gran audiencia y aceptación popular porque permite a los habitantes difundir sus propios valores y expresar sus propias reivindicaciones e ideas; promueve el derecho a la información y constituye una alternativa capaz de ofrecer veracidad, justicia, respeto y solidaridad.
Email: [email protected]
Contacto: +34 677 91 48 67

Facebook X (Twitter) Instagram YouTube WhatsApp Telegram
Últimos Artículos Agregados

Corruptores y corruptos

junio 15, 2025

La Cueva de Alí Babá… de algunos

junio 15, 2025

Carta abierta al Excmo. Sr. D. Pedro Sánchez Pérez Castejón

junio 15, 2025

¿Cumple el TEA con la Ley de Memoria Histórica?

junio 15, 2025
Etiquetas
ana oramas bermúdez bifidus bionacionalismo, bionacionalistas circuito del motor coalición canaria corrupción corrupción en canarias cultura ecologistas ecología escalada de hostilidades fake francisco de la barreda garganta profunda groucho rivera interviu_nov08 ley del suelo logros Luisa del Toro mamotreto Manuel Parejo mauritiana medio ambiente migrantes miguel zerolo misiles pelotazo de las teresitas pensiones retórica SAHARA san blas santa cruz de tenerife santiago pérez social media tenerife Teresitas todo por la patria trankimazin ttip turismo turismofobia wladimiro zerolo

Type above and press Enter to search. Press Esc to cancel.