Respecto a las víctimas señaló que los niños sufren este acoso en silencio y no se atreven a contárselo ni a su propia familia
{mosimage}{mosimage}Audio de la entrevista
SB-Noticias/Juan Rafael Lorenzo.- El ex sacerdote y escritor José Miguel Izquierdo habló en Radio San Borondon acerca de l relación entre la Iglesia Católica y la pederastia y afirmó que siempre se ha practicado la pederastia en la Iglesia, “lo que ocurre es que ahora hay más información y las cosas salen más a la luz”. Sobre este problema añadió que lo más peligroso es que se oculta al delincuente, y que no duda de que estos casos sigan sucediendo.
Retomando el espinoso asunto de la pederastia, explicó que lo primero que observó es el chantaje emocional al que se somete al niño, “y yo conozco perfectamente ese tema porque lo vi”. Luego, indicó que detrás de todo hay un problema psicológico importantísimo, “propio de personas frustradas que vuelca este problema hacia los niños, nunca con mujeres o niñas”, y puso énfasis en la paradoja de que sea las mismas personas quienes están diciendo a la sociedad que la homosexualidad es una enfermedad, y son ellos, precisamente quienes la propagan.
Respecto a las víctimas señaló que los niños sufren este acoso en silencio y no se atreven a contárselo ni a su propia familia: “Además, son niños a los que se ha confundido la sexualidad y, normalmente, no son capaces de rehacer su vida, hacia un lado o hacia otro. Evidentemente, hay gente que han salido adelante, pero hay muchos que están sufriendo en silencio”.
Por último relató un caso en el que dos alumnos del seminario “se gustaron y tuvieron relaciones, y los pillaron”. Sobre este asunto destacó que “no los llamaron aparte, sino que los subieron al escenario de un salón de actos repleto con todos sus compañeros y los acusaron públicamente de haber mantenido relaciones sexuales entre ellos. Esa forma de actuar me causó un trauma espantoso. Luego los expulsaron, pero primero les hicieron pasar esa humillación”.
Como conclusión resaltó que en la presentación de su libro sobre este asunto ha visto cómo gente que ha salido del seminario siente un rechazo total hacia la institución por lo que sufrieron en obligado silencio, y me insistían en que esas cosas hay que denunciarlas”.