{mosimage}Si se necesitara una prueba de que la ideología burguesa penetra hasta el tuétano a quienes se dicen de izquierdas y/o anticapitalistas, aunque sean reformistas –descarto, evidentemente, al partido de derechas autodenominado PSOE–, esta sería que no hubiera Unidad para derrotar al partido franquista. Que los cálculos electoralistas o las ansias de ser califa en lugar del califa impidieran un bloque unitario frente al fascismo y la reacción. Que la estrechez de miras y la ambición prepotente nos llevara, una vez más, a la derrota.
Es lo que tiene la soberbia: "Cuando los dioses quieren perder a los hombres, los vuelven ciegos. Y así siguen obstinados hacia su infortunio". Si no se lograra la Unidad –y ésta es imprescindible, urgente, prioritaria– habrá que plantearse apoyar a quienes más hayan apostado por ella o, como mínimo, a quienes menos palos en la rueda le pongan.
Ustedes mism@s, compañer@s.