Y que, para cambiar realidades y hacer lo de arriba como es abajo, solo hay que aplicar los tres principios de Dyehuthy, el evaluador de pensamientos, palabras y actos.
Julio Anguita lo sabe muy bien y desde hace años insiste en su ’tres veces grande’ programa, programa, programa. Programa para plasmar los objetivos que se persiguen, programa para establecer un discurso común y programa para fijar una metodología para evaluar si los pensamientos (objetivos) y las palabras (discurso) se corresponden con la praxis (actos).
Este programa, programa, programa es el que ha permitido, a PODEMOS primero y a GANEMOS ahora, dar una verdadera patada al tablero de juego del sistema mercantilista que padecemos. Mientras que hasta ahora los espacios políticos que se proponían como alternativos no hacían otra cosa que de servir de muletilla a uno de los partidos del régimen o quedarse en la marginalidad más inoperante, más y más personas conscientes se dieron cuenta de que con una metodología eficaz era posible revertir la situación y hacer lo de arriba como lo de abajo.
Lo de arriba siempre es élite y depende de los de abajo que esta élite se transforme en casta o gobierne obedeciendo.
A principios del siglo pasado, el dirigente obrero Pablo Iglesias Possé lo sabía bien y por eso solía sugerir, en relación a las personas que elegimos para que nos representen, lo siguiente: "Buscad a los mejores y vigilarlos como a ladrones".
Insisto, lo de arriba siempre es élite y depende de los de abajo que esta élite se transforme en casta o gobierne obedeciendo. Los triunviratos, los PODEMOS, los GANEMOS, son herramientas del pueblo que no debemos de permitir que se transformen en casta, sino que sigan fieles al pueblo gobernando obedeciendo. Ese gobernar obedeciendo que el Zapatismo, y su imagen el Sup Marcos, el "holograma" y "botarga" que hizo que el mundo volteara, establecieron como filosofía práctica del procomún.
Por tanto programa para establecer un discurso común y programa para fijar una metodología para evaluar si los pensamientos (objetivos) y las palabras (discurso) se corresponden con la praxis (actos).