Cándido Quintana
{mosimage}Tras unos sabrosos churros en Guamasa para coger fuerzas, comienzo un paseo con el fin de ver y contar algunas cosas de andar por casa, que desgraciadamente proliferan en Tenerife, que nos mantienen anclados en el vagón de cola del País. Y aunque la mayor parte de estas cosillas tienen un escaparate empresarial, a su vera, facilitando la acción por motivos mayormente deshonestos, están los mas directos culpables, los políticos, funcionarios y allegados diversos.
Hoy, aunque había un par de operarios trabajando en labores de pintado, pude corroborar que su situación no es normal, tanto su cubierta con cerámica quebrada, que emula a la del Auditorio de Tenerife y que espero que Calatrava no tenga su copyright, como sus firmes, sus barandillas, etc., están que da pena, pienso que hasta con riegos de caídas de casquillos sobre la tan transitada autopista del norte de Tenerife, y no se entiende, pues hace sólo cinco años que fueron construidos. Ante esta increíble situación, pregunto, ¿no tienen las empresas constructoras responsabilidades en tales desaguisados?, ¿no se les puede exigir su reposición sin coste para el erario público? Y lo pregunto porque entiendo que es lo que procede. Recuerdo que hace un par de años observé asombrado, e hice unas fotografías y lo denuncié, como el carísimo Auditorio de Tenerife, cuyo coste final parece que cuadriplicó a lo inicialmente presupuestado, tenía cada vez más deterioros en su cubierta exterior. Desconozco si el Cabildo ha hecho la reclamación pertinente, como han hecho en otros lugares por fallos al afamado y caro arquitecto. Aquí igual somos más generosos o nos sobra el dinero, o quizás existan manos atadas, ¡quien sabe!
Camino de San Andrés desde el Auditorio, prosigo no sin antes quedarme estupefacto por aquello de que “más vale una imagen…”. Aquellos contenedores que se apilaban en la Dársena de los Llanos, a la vera de la Avenida José Antonio, que algunos políticos vendían como mala imagen para el idílico cercano Auditorio, y así justificar el puerto de Granadilla con su traslado a esta nueva infraestructura, han sido sustituidos por siniestras y enormes plataformas petrolíferas oxidadas, con un impacto de largo mucho más negativo. Al respecto, y para que analicen los juegos de ciertos políticos y partidos, decirles que aunque recientemente el presidente de la Autoridad Portuaria ha dicho que el puerto Granadilla había perdido el tren de los contenedores, él y todos los que conocemos un poco este tema, estibadores portuarios incluidos, sabemos desde siempre que este nuevo puerto nunca podría acoger, con rentabilidad, este tipo de tráfico que para dar el pego se le asignaba, porque los buques que los transportan, igual que los metaneros, son de grandes obras muertas, incompatibles con los fuertes vientos que en el litoral de Granadilla se sostienen. Sus maniobras en estas condiciones son muy difíciles y peligrosas, imagínenselos cargados de gas, una bomba en toda regla. Al horrible impacto de esas plataformas, se le suma el inaceptable pulso que se le está echando al Pueblo Canario que no quiere los sondeos ni las prospecciones, y aunque digan que no están aquí para eso, da lo mismo. ¡No nos lo creemos Sr. Rodríguez Zaragoza!
Prosigo por la Avenida de Anaga hacia San Andrés, pero hago un alto en la Escuela de Náutica, sólo para comprobar el estado de su muellito, deteriorado por un temporal de mar en el año 1999, y corroboro lo que me temía, continúa en el mismo estado de abandono, aunque el coste de su reparación es ínfimo. Y añado, para que vean como se las gastan por aquí, que el pelotazo que por fortuna abortamos de la marina privada de Valleseco de Arlink Canarias, lo dejó al pairo, ni más ni menos como la inejecución de la marina privada de San Andrés de Forum Filatélico, ha dejado también al pairo a la tan necesaria escollera de protección del frente marítimo de San Andrés, con los negativos resultados que ya conocemos.
Y me detengo aquí, en San Andrés, para trasladarles una reflexión y vean como confunden lo público con lo privado. Hacen depender obras públicas de interés general, como es una escollera de resguardo que protege vidas y bienes, de la ejecución paralela de una obra privada, como sería un puerto deportivo, por cierto en momentos en que están embargando muchas embarcaciones por impagos de atraques, que persigue un simple pelotazo, además de apropiarse de los pocos metros de litoral público que nos quedan en Santa Cruz. Lamentables formas que no terminamos de atajar, verdades como puños que ciertos empresarios, sirviéndose de determinados políticos con poder y de la maraña que les rodea, en la que tienen cabida empresas, profesionales y hasta algún presidente de la asociación vecinal de turno que les come el coco a los vecinos, etc., dan un golpe esgrimiendo mentiras, eso sí, a fuerza de billetes. De vedad, ¿alguien piensa que la oposición ahora de surfistas a la escollera, que allí nunca se han visto, es casual? Profundicen un poco y lo verán claro, yo estoy convencido de que la situación no se corresponde con lo que nos quieren hacer ver, sería capaz de dar hasta el nombre de un empresario, pero me lo voy a reservar.
Y termino en la Playa de Las Teresitas, la única que poseemos en Santa Cruz, ese entorno que algunos nombran como la cueva de Ali Babá por todo lo malo que tiene detrás, cada día refrendado con mayor oficialidad. ¿Puede un espacio tan pequeño, no más de 2 kilómetros cuadrados, dar para tanto? Pues parece que sí, a las pruebas me remito, no en vano está el frente de playa, la trasera y su recalificación, el mamotreto y el interesado traslado del campo de futbol a un lugar donde acogota con evidentes riesgos al propio barranco, la planificada súper población de locos de San Andrés en el Valle de las Huertas, Montaña Morera y todo lo que le rodea, etc. Todo por la pela, como dirían los catalanes, yo digo una indecencia en toda regla. Detrás los mismos de siempre y una pila de gente que poco a poco va saliendo a la luz, funcionarios, profesionales, empresas, etc. Me jode especialmente como algunas empresas se han prestado a realizar peritaciones exorbitantes, para facilitar el máximo golpe, o como otras se han prestado a súper poblar un entorno que no procede, para así ganar mucho dinero, acogiendo incluso a familia de esos que califico “los de siempre”. Terrible todo lo que hay detrás de esta trama de libro, el mejor regalo que Tenerife se merece ahora es que ni uno sólo de los que han actuado de forma deshonesta salga de rositas, y que el todo el dinero retorne al sitio de donde nunca debió salir de forma tan deleznable, a las arcas públicas. ¡¡¡Que así sea!!!