Mientras la salud de Sara se deteriora cada día más, su tía clama desesperada por qué no le administran el sovaldi, medicamento descubierto recientemente que salvaría la vida de la niña.
{mosimage}{mosimage}Audio de la entrevista
SB-Noticias.- "La sociedad está condenando a mi sobrina a una pena de muerte". Gema Roldán, tía de Sara, una niña de Las Palmas de Gran Canaria de tan solo 8 años, que padece Hepatitis C, denunció en La Trapera de Radio San Borondón que es inhumano lo que la Sanidad canaria está haciendo con su sobrina. Denuncia que los médicos ni tan siquiera le informan de cómo está su salud, ni le dan ningún tratamiento, sólo le dicen que aún no se le puede administrar y que hay que esperar más adelante.
Gema Roldán explicó que su sobrina padece la enfermedad desde que nació hace ya ocho años cuando se la contagió su madre (ya fallecida) en el parto: “Todas las personas tienen derecho a vivir, pero las administraciones les niegan ese derecho a los enfermos de Hepatitis C”, dijo visiblemente emocionada antes de afirmar “Mi sobrina tiene enormes ganas de vivir”, máxime cuando su madre dio su vida para que ella viviera.
Asegura que no acaba de entender por qué se les niega el tratamiento a los enfermos de Hepatitis C, menos aún cuando es por razones económicas, no porque no existan tratamientos: “A los familiares nos ponen excusas, nos dicen que son muy caros los tratamientos”, tras lo que añadió que no quiere culpar a los médicos de lo que está ocurriendo, pero sí que señala directamente a los responsables de la Sanidad, que en el caso de su sobrina, la están condenando a morir al dejarla abandonada a su suerte.
“No entiendo por qué Sanidad niega el tratamiento a los enfermos de Hepatitis C, cuando hay una cura para ellos”, enfatizó Roldán, quien acusa a los responsables políticos canarios y estatales de vulnerar los derechos humanos en el caso de Sara y del resto de enfermos: “Hemos llegado a un momento en el que los derechos humanos son para los ricos, por lo que se ve”.
“Soy tutora legal de Sara desde que a los 18 meses de nacida falleció su madre, desde entonces llevo luchando sola por ella”, explicó para asegurar que en los centros hospitalarios no le explican nada, se dedican a hacerle una analítica una vez al año: “Me dicen que hay que esperar a que sea más mayor para darle algún tratamiento, pero yo no quiero esperar y que acabe muriendo de lo que murió su madre”.
La tía se Sara afirma que no entiende por qué las autoridades sanitarias canarias no toman cartas en el asunto y abandonan a su suerte a una niña, que si fuera tratada convenientemente, se repondría de la enfermedad: “No sé si están esperando a que le dé leucemia, porque si a mi sobrina le da esa enfermedad, no la aguantaría como dicen los médicos”.
Hablamos de una niña que ha visto afectado su crecimiento por la enfermedad, no en vano con 8 años mide apenas un metro, pesa 19 kilos, tiene un 28 de pie. Gema, desesperada insiste en que las pastillas de Sovaldi serían la salvación de la menor: “Esas pastillas salvarían la vida a mi sobrina, pero no se las quieren dar, no sé por qué”.