Afirma que la falta del Presupuesto y del Plan de Estabilidad arroja severas dudas sobre la confiabilidad del consistorio
{mosimage}{mosimage}Audio de la entrevista
SB-Noticias.- Fidela Velázquez afirma que la falta de austeridad del gobierno municipal, que se tradujo en un déficit de las cuentas de 2013 lo que obliga a la corporación a tomar medidas de ajuste, “sigue causando estragos, lo que a los socialistas nos preocupa extraordinariamente”.
“La realidad en este momento”, afirma Velázquez, “es que el consistorio ramblero está en déficit, que a fecha de hoy no se ha aprobado el presupuesto ni el Plan de Estabilidad a que le obliga la ley, que los concejales cobran más por trabajar menos, que el ayuntamiento presenta morosidad y tiene abiertos procedimientos judiciales por no afrontar los pagos, y que los pagos son opacos, porque pese a pedirlos reiteradamente, se nos niegan de igual manera” y añade que “la desconfianza en el consistorio es pública y notoria, y genera severas dudas sobre la gestión económica del actual grupo de gobierno y deja en una situación de inestabilidad absoluta a la posible gestión municipal”.
La dirigente socialista dice que las únicas medidas en las que el gobierno municipal han sido diligentes son respecto a su propio sueldo, mientras con el más absoluto desparpajo y despropósito “se van de vacaciones, sobre todo el edil de hacienda y primer teniente de alcalde, dejando esta caótica situación en la hacienda pública ramblera”.
Fidela Velázquez termina diciendo que “cada acción a lo largo del último año y medio ha sido de contrataciones a sí mismos, a familiares o a personal afín, de brutales subidas de sueldos, de recarga en saraos y eventos de las arcas municipales y han dado como resultado un déficit y el agujero en las arcas municipales” y lamenta que “lejos de afrontar el problema, se oculte la cabeza bajo el ala, se nieguen los documentos y se vayan tan tranquilos de vacaciones, dejando deudas y presupuestos y medidas sin aprobar, demostrando una vez más que el único objetivo son sus propios salarios y su única preocupación cada día es cobrar de la política”.