Rubens Ascanio (Sí se puede) pide que las galas de belleza no se paguen con fondos públicos

Recuerda que solamente entre 2010 y 2011 las facturas referidas a las galas de elección de Miss y Mister Tenerife superaron los 48.699 euros

{mosimage}SB-Noticias.– El portavoz de Sí se puede en La Laguna, Rubens Ascanio, ha pedido este viernes que las galas de belleza, como la que se celebrará este viernes, no sean objeto de ninguna subvención o financiación pública por parte del Ayuntamiento lagunero.

Ascanio indica que se trata de unos festivales que tienen un escaso efecto económico y que “difunden unos valores de culto al cuerpo absolutamente trasnochados”. La formación ecosocialista considera que los concursos de belleza “no deben ser una acción política que se propicie desde las administraciones públicas bajo ningún concepto, al querer imponer unos determinados cánones de belleza”.

En Sí se puede recuerdan que solamente entre 2010 y 2011, las facturas referidas a las galas de elección de Miss y Mister Tenerife, a las que la formación de izquierdas tuvo acceso, reflejaban un coste de más de 48.699 euros en diversos actos vinculados a esta actividad, realizados desde las concejalías laguneras. Gastos que tiene que ver con elementos promocionales de este tipo de galas a incluso el pago de los costes profesionales del proceso de selección de misses, que solo en 2011 ascendieron a 4.200 euros.

La organización de izquierdas explica que su filosofía no implica la prohibición de este tipo de espectáculos, “simplemente pedimos que no sean financiados con fondos públicos, mucho menos en el momento actual, dejando su celebración en mano de las comisiones de fiestas que los deseen realizar con sus propios recursos o de las entidades privadas que consideren que deben invertir en este tipo de festivales”.

Desde Sí se puede esperan que se reflexione sobre el sentido de realizar este tipo de actos y el destino que se debe dar a los fondos públicos, que en este momento deben estar destinados de forma prioritaria a atender las necesidades básicas de la ciudadanía. “No nos parece ético que se le exija a los vecinos que soporten más esfuerzos, pago de mayores tributos y pérdida de servicios cuando se han gastado estas cantidades en fiestas de belleza absolutamente superfluas” apostillan.