Expuso en Tenerife un proyecto político del PSOE para la sociedad anclado en la izquierda
{mosimage}{mosimage}Audio de la rueda de prensa
SB-Noticias.- Aristóteles, Jorge Semprún, Antonio Machado, Montesquieu, Simón Rodríguez, mentor de Bolívar, Mario Benedetti y los taxistas que le reconocen en estos días de campaña aparecieron en la disertación de José Antonio Pérez Tapias ante militantes, afiliados y curiosos que acudieron a la convocatoria de la plataforma “Canarias con Tapias”.
“La buena política se basa en la amistad y la amistad sólo puede darse entre iguales que comparten un proyecto común: la construcción de la polis, del espacio común de la democracia”. Aristóteles sirvió a Pérez Tapias para enraizar en la Grecia clásica su proyecto para el PSOE del siglo XXI. La amistad y la “fraternidad republicana”, junto a la división y equilibrio de poderes, como modelo que supere la concentración de poder en una persona, “propio de una monarquía absoluta, sustentada en barones, a quienes se rinde relaciones de vasallaje medievales”.
El candidato a dirigir el PSOE criticó el que el proyecto socialista se hubiese “desdibujado” a partir de los últimos años de gobierno de Rodríguez Zapatero. “Su cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste nos ha costado mucho a todos”, afirmó Tapias, así como la reforma del artículo 135 de la Constitución, que concede prioridad absoluta al pago de la deuda de las administraciones públicas, reforma que Tapias, siendo diputado, no secundó. Todo ello, añadió, ha hecho que cale la idea en parte de la opinión pública de que el PP y el PSOE son lo mismo, sumado a un clima de corruptelas y al haber llegado tarde para evitar y paliar los desahucios o para poner fin a las SICAV.
“La derecha española es esa España inferior, descrita por Antonio Machado, que ora y embiste cuando se digna usar la cabeza”. Tapias rechazó el término “austericidio” –“porque la austeridad es una virtud”- y definió la acción del PP como un auténtico “democidio”: “Se trata de la eliminación del pueblo, de sus derechos y de su dignidad”.
Tapias expuso un modelo de organización para el PSOE, fundado en “la reconstrucción del PSOE, con un marco, un proyecto político y la fuerza de la convicción”. Un PSOE que sea percibido por la opinión pública como “socialista, radicalmente democrático y con Casas del Pueblo que sean lugares de resistencia ciudadana”. Para ello, entiende que procede democratizar el PSOE, mediante la separación, división y equilibrio de poderes, “todo ello resulta inseparable de la democracia”. Alertó contra el clientelismo político, la endogamia y los aparatos que se apropian de la organización.
Se comprometió el candidato socialista a prohibir las llamadas puertas giratorias, “esas que permiten pasar de los Consejos de Ministros a los consejos de administración de las grandes empresas, fichados no por su pericia personal sino por las relaciones personales conseguidas durante su paso por el ministerio”. Garantizó la celebración de “primarias abiertas y creíbles” para elegir al candidato socialista a la presidencia del gobierno, primarias a las que no se presentaría con el fin de asegurar la neutralidad de su ejecutiva y a crear una distancia prudencial entre cargos orgánicos e institucionales. También a que en los órganos del PSOE al menos un 40% de sus miembros sean militantes de base. “No puede ser que el 100% de las ejecutivas sean cargos públicos”, criticó el aspirante a la secretaría general.
Apeló Tapias al necesario coraje político para reconstruir el PSOE: “La ciudadanía no es menor de edad. Lo entiende todo. Si no nos votan ahora es porque ya no les gustamos, no porque les hayamos explicado mal las cosas o porque no sean capaces de entendernos. Los taxistas me reconocen ahora porque salgo un poco más estos días en las televisiones y me dicen muy claramente lo que tenemos que hacer”. Llamó a los militantes a cambiar el PSOE “para que cuando tengamos que pedir el voto a los ciudadanos, éstos tengan razones para dárnoslo”.
Abordó igualmente asuntos como la reforma federal de la organización del Estado mediante un proceso constituyente para reformar la Constitución, la creación de una banca pública, la defensa de lo público y un modelo social europeo avanzado “frente a la asiatización de las relaciones laborales”, la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede por considerarlos inconstitucionales, así como afrontar la forma de Estado, monárquica o republicana. Llamó a reconstruir el Partido Socialista mediante la pasión política. Se comprometió a emprender una “revolución interior”, abriendo un análisis profundo (“no vale engañarse haciendo trampas en un solitario”), y a solucionar los problemas de expedientes disciplinarios: “No sobra nadie en el PSOE”.
Alertó, finalmente, a los militantes socialistas contra el inmovilismo: “Ni 135 años de historia del PSOE garantizan los próximos cinco años (mirad donde están los históricos Partido Socialista Italiano y el PASOK griego), ni cinco siglos de historia garantizan al Estado español los próximos cincuenta años. Si el Estado español está en crisis, abordémoslo. Para estar callado, ¡ya está Rajoy!”.