Joaquín Hernández
{mosimage}Las luces de alarma se han encendido en la sede de Partido Popular en la madrileña calle de Génova. Los espías avisan a Cospedal del nuevo supermán pesoista, que amenaza arrasar en las primarias del Psoe y convertirse en candidato a las elecciones del 2016. ¿De dónde sale éste individuo, quien es? ¿En qué lugar se enamoró de ti…? ¡¡Es un ladrón que me ha robado el almaaaaa!! Perdón, cuadraba con el tema de Perales y salió mi vena romanticona.
Las respuestas a estas peguntas las tenemos en cuatro palabras: joven, fresco, inteligente y con carisma.
Pedro Sánchez es uno de los tres candidatos a la Secretaría General del Partido Socialista Español llamados a relevar a Rubalcaba, el viejo diplodocus de la política nacional no ha sabido o no ha podido dar una vuelta al timón para cambiar el rumbo del barco pesoista que, al pairo y sin gobierno, va a la deriva. La política nacional, la llamada casta política necesita de una regeneración total, o se reforma o muere irremediablemente, aquel partido donde sus cargos se aferren a la poltrona y los privilegios que lleva consigo como un club de amigotes se tratase, tiende a desaparecer. El pueblo demanda cambios urgentes y no pide milagros, pide democracia, solamente eso una democracia real donde la gente decida, de forma clara y evidente, quienes serán los que llevarán la administración de sus bienes y poner durante cuatro años el destino de su vida y hacienda en sus manos.
Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Doctor en Economía de Empresa, a sus 42 años tiene una dilatada carrera política. Desde el año 1993 que ingresó en el Partido Socialista no ha parado de escalar posiciones y dentro del mamotreto de un partido en franca decadencia ha sabido nadar y guardar la ropa. Primero en el equipo de Pepiño Blanco del gobierno Zapatero y luego aguantando el fuego cruzado de los anti zapateristas y los franco tiradores seguidores de Rubalcaba que consideran a Eduardo Madina el candidato ideal como sucesor del viejo profesor de química. Claro que “Edu” no tiene muchas ganas de ser el capitán que coja el timón de esa nave al pairo y la lleve a puerto, “Edu” lo ha dicho públicamente; “que me dejen como estoy”. Y el chico tiene razón, el panorama que le espera es demasiado desalentador para alguien que ha sido un sumiso y vasallo servidor del poder de su partido. Por otro lado José Antonio Pérez Tapias tiene demasiadas tablas bebidas y vividas y los propios no se fían de él. Más parece una vuelta al pasado que una reforma profunda con limpieza de casa incluida.
Pedro Sánchez, si quiere, puede ser ese revulsivo que tanto está buscando una sociedad ansiosa de líderes con carisma, que sea capaz de cambiar todo un proceso de transición que dura 39 años y del que estamos hartos todos los ciudadanos de este país. Puede suponer, al lado de Pablo Iglesias y Alberto Garzón el que anexe las fuerzas de izquierdas, de todas las gente que ya, sin identificarse con ideologías partidistas, desean lo mismo que todos los españoles que no es otra cosa que trabajo digno, salud y educación pública, justicia libre e independiente, reforma constitucional profunda y modernizándola a los tiempos actuales cambiando lo que se tenga que cambiar y sobre todo un nuevo modelo de Estado Federal donde las Comunidades consigan esa autonomía total que tanto demandan enmarcadas en una Republica Federal Española bajo una sola bandera. Pedro Sánchez puede ser ese hombre que tanto esperamos los habitantes de éste país aun llamado, por poco tiempo, España.