{mosimage}{mosimage}Audio de la entrevista
SB-Noticias.- Juan Jesús García, miembro del Movimiento por el Frente Amplio, en relación con los incidentes que tuvieron lugar en el Estadio de Gran Canaria el pasado domingo, afirma que los futbolistas no son comparables a los trabajadores. Se les usa, y se usa al fútbol, como una herramienta del capitalismo para ejercer control sobre la clase trabajadora, y denuncia la confusión a la que, de forma intencionada, se somete al ciudadano por parte del aparato mediático, de la prensa, de las televisiones, a los que denomina “gurus de la confusión” que generan un consenso de mentiras que acabamos creyendo como dogmas.
Entiende que el blanco, la diana, a la que hay que dirigirse es la infraestructura económica mundial, responsable de estas cosas: Cada jugador de la U.D. Las Palmas, explica, habría percibido 60.000 euros si ganaban el partido del domingo; cada jugador de la selección española habría percibido 700.000 euros si ganaban la final de la copa del mundial; los ingresos que perciben muchos jugadores de primera fila son millonarios, y nada tienen que ver con el salario de un trabajador medio.
Y añade que el capitalismo controla también a quienes establecen e implementan las leyes, y comenta el caso del gobierno de Brasil, que ha modificado la ley del alcohol para que se permita vender cervezas en los estadios durante el mundial, con el consiguiente beneficio económico para las empresas.
Con respecto a las declaraciones de diversas personas e instituciones, concretamente, las que hizo el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, que ha relacionado lo ocurrido en el estadio con las protestas ciudadanas contra los recortes, y ha manifestado que “lo ocurrido, culpa de 200 gamberros, demuestra lo peligroso que es jugar con fuego, estimular la indignación, la protesta incontrolada y en definitiva un cierto modo de anarquismo”, a la vista de enfrentamientos y choques con la policía que han sucedido en otros estadios, se pregunta si puede existir una intencionalidad de aprovechar los acontecimientos deportivos para ejercer más represión sobre las clases más desfavorecidas, sobre los que denuncian la injusticia social en la que estamos inmersos.
La izquierda, señala García, tiene que tener los datos reales y denunciar estas cosas claramente, para que el mensaje lo entienda toda la sociedad, para así acabar con la doctrina neoliberal que tiene aplastada a la clase trabajadora. La izquierda no puede quedarse solamente en el análisis de los síntomas sino atacar a las causas.