Un vecino de Las Huertas es el primero en conseguir paralizar un desahucio de Mapfre
laopinion.es/lunes, 18 de enero de 2009.-Noé Ramón, Santa Cruz de Tenerife. Cuando Antonio Martín se enteró de que su casa había desaparecido del Registro de la Propiedad hace diez años, tras elaborarse el proyecto de reparcelación de Las Huertas, acudió rápidamente al despacho del abogado José de La Rosa. Sin embargo, en aquel entonces le dijo al letrado que no tenía ningún problema en que primero tratara los casos similares que, día sí y día también, estaban saltando en este enclave y lo pusieran a él en el último lugar de la lista.
Pero por coincidencias bíblicas resulta que ha sido su vivienda, conocida como chalet del francés la primera a la que Mapfre, supuestos dueños de este lugar, ha remitido una orden de desahucio. "Los últimos hemos sido los primeros", dice con ironía. Aquella operación ha quedado ahora anulada tras una sentencia emitida en primera instancia y ya recurrida por Mapfre. La magistrada se puso en aquel entonces a favor de este propietario, aunque no hasta el punto de llamar "usurpadora" a la aseguradora, tal y como entonces se informó.
Martín compró este chalet hace 33 años a un ciudadano francés. De aquel primer propietario no sólo ha quedado el nombre de la vivienda, sino también algunos árboles especialmente exóticos traídos desde Alsacia. En aquel entonces incluso hubo un intento de compra por parte de la Junta de Compensación de Las Teresitas, aunque finalmente ésta desistió por no tener recursos. Este documento se ha convertido también en básico a la hora de defender sus derechos.
Así queda claro que la vivienda nunca se expropió. "Esto se compró libre de cargas", sentencia Martín. Curiosamente, lo mismo que alega Mapfre y los anteriores propietarios Inversiones Las Teresitas (ILT). "En la reparcelación, ellos borraron esta casa y muchas más en Montaña Morera. En teoría, aquí no hay nada". Pese a que esta vivienda tiene tres pisos y junto con sus terrenos ocupan más de doscientos metros cuadrados.
Imputados. El caso es aún más curioso cuando resulta que Martín era amigo de la escuela del anterior presidente de la Junta, Jerónimo Delgado, hoy imputado en el caso Teresitas. "Siempre me calló la boca de una forma o de otra para que no hiciera nada". Al igual que el abogado, Mauricio Hayek igualmente imputado. "De aquí no me pueden quitar a no ser que vayan a hacer una obra de interés general", dice. En todos los planos, además, la casa aparece fuera de la curva de la futura carretera que está previsto construir. Martín lleva con la mosca tras la oreja toda la vida pero hace casi diez años fue cuando se enteró de que su casa había desparecido. "Estaba paseando por la playa y un amigo me dijo que ya no tenía casa. Me cogí tal disgusto que nunca he vuelto por allí". A partir de aquí, el asunto entró de lleno en los tribunales de los cuales no acaba de salir. El susto le llegó a Martín hace unos pocos meses, cuando se encontraba plácidamente en su casa y un señor cargado de documentos le tocó a su puerta. Bastó mirar las primeras hojas para que se confirmaran las peores de sus sospechas.
"Leí que pedían una fianza de 200.000 euros. Seguí trabajando y cuando acabé me fui al despacho de Don José de La Rosa y le entregué aquel kilo de papeles. Yo hasta entonces he vivido más o menos tranquilo. Nunca pensé que esto podía ocurrir". El proyecto de reparcelación ha sido anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) y está pendiente de que se retrotraiga a su origen en el año 1989 para que estos vecinos puedan conocer por qué sus viviendas han desaparecido del mapa y todas las fincas se agruparon en una sola para luego ser vendidas de forma indiscriminada. Y sin recibir ni un sólo duro.
"¡Esto no es el Oeste!"
El juicio de este ciudadano contra la empresa Mapfre para paralizar este surrealista desahucio tuvo lugar el pasado 19 de marzo, en medio de un apagón que afectó a toda la Isla. Este vecino asegura que estaba nervioso no tanto porque no estuviera seguro de sus derechos, sino porque a su edad era la primera vez que acudía a los juzgados. "Viviendo aquí 33 años y pagando todos mis impuestos no me parece de recibo que de un día para otro me vayan a echar. ¡Esto no es el Oeste!" , indica con el susto aún en el cuerpo. Su esposa, Ana María Mallén, es aún más tranquila que su marido y tal vez por ello la casa lleva el nombre de La Serena. "Tiene un cerebro más ordenado que el mío y se lo toma todo con más tranquilidad". Estos ciudadanos jamás participaron en la Junta de Compensación y ni siquiera estuvieron en una sola reunión. Todavía le sorprende encontrarse con algunos de los personajes de esta película por la calle y ver que "parecen muertos de risa. Algún día me gustaría pararles para que me dijeran qué es lo que pasó, porque no me lo explico". La sentencia no entró a valorar que Mapfre sea untercero de buena fe, pero sí echó por tierra uno de los argumentos del contrato de venta en el que se aseguraba que en todo este entorno no había ni casas, ni huertas, ni agricultores ni nada parecido a la civilización. "No comprendo cómo alguien compra algo sin ni siquiera comprobar que todo está correcto", indica Martín, coincidiendo así con lo que se especifica en la sentencia. De forma casi simultánea, el Consejo Insular de Aguas denegó a Mapfre el permiso para situar una depuradora al no poder acreditar que es la propietaria de los terrenos. Otro nuevo varapalo. Como impresión final, indica que "todo eso de que han comprado de buena fe no tiene sentido. ¿Cómo es posible que alguien pueda decir que esta casa no existe?".