Detallada. Así calificó ayer su declaración Manuel Parejo, titular de Urbanismo durante la elaboración del proyecto de ordenación del frente de playa y responsable en la concesión de las licencias que dieron pie al alzamiento del ´mamotreto´.
laopinion.es/miércoles, 13 de mayo de 2009.-Samuel González (Ideapress), Santa Cruz de Tenerife. Y bastante detallada debió de ser, en efecto, la declaración del ex concejal de Urbanismo, porque no parece cosa sencilla explicar cómo se puede levantar un edificio sin permisos ni del Estado ni del Gobierno de Canarias cuando el suelo que pretende pisar es competencia de las dos instituciones más importantes que operan en el Archipiélago. Su respuesta no fue baladí. Adujo haber defendido su intervención, sí, pero también "la intervención del Ayuntamiento", con la clara intención de defenderse con el siempre rudo escudo institucional.
Esto lo afirmó en un pasillo en el que le separaban apenas cinco metros de Luz Reverón, su sustituta como edil de Urbanismo (y que ya ocupaba este cargo cuando se produjo el alzamiento del mamotreto), y a la que apenas saludó cuando ambos se cruzaron. Serían las prisas, claro. La ley es bien clara al respecto: "la providencia de incoación del expediente de deslinde implicará la suspensión del otorgamiento de concesiones y autorizaciones en el dominio público marítimo-terrestre y en su zona de servidumbre de protección".
Dicho expediente se inició en febrero de 2006, según ha indicado la Dirección General de Costas. Un mes antes se había convocado la mesa de contratación en la Gerencia y no fue hasta julio cuando se adjudican las obras. Es decir, casi medio año después de que se comenzara a tramitar la nueva línea demanial.
Complicada se presume la defensa, sobre todo para Manuel Parejo, puesto que a Luz Reverón le queda aquello de que se encontró la casa sin barrer y también que fue ella la que paralizó las obras en enero del pasado año 2008. Eso sí, después de que muchas voces la avisaran durante varios meses de que iba a acabar invadiendo suelo público, entre ellas la propia Dirección General de Costas.
Y en medio de todo el desbarajuste, aparece Domingo Berriel abogando, poco menos, que por esconder la basura debajo de la alfombra. Por qué no, si para eso ya hay un nuevo deslinde que deja al mamotreto en zona de servidumbre, competencia del Ejecutivo canario, que decide mirar para otro lado y autorizarlo, sin importar las protestas argumentadas de vecinos, partidos, reparos de Intervención, que también los hubo, ni leyes.