laopinion.es/miércoles 29 de abril de 2009.-Noé Ramón, Santa Cruz de Tenerife. La empresa Mapfre incluyó en su contrato de compra a Inversiones Las Teresitas (ILT) de los terrenos de Las Huertas al menos dos cláusulas a las que podrá acogerse para anular esta operación mercantil. En concreto, en el contrato suscrito el 11 de enero de 2006 se garantiza que la empresa de Ignacio González y Antonio Plasencia es “plena, legítima y exclusiva propietaria de las fincas”, que suman unos 67.000 metros cuadrados “y no ha concedido ninguna clase de opción o derecho personal o real sobre las mismas a favor de ninguna persona ni, en consecuencia, celebrado ningún contrato o acuerdo de garantía o aval a favor de terceras personas, ni existen opciones de compra, prendas, embargos o cualquier otro tipo de carga o gravamen u obligación que pesen sobre las mismas”.
Acto seguido se viene a garantizar que las manifestaciones contenidas en el documento firmado no “omiten hecho relevante alguno ni contienen inexactitud alguna que impida la descripción de la verdadera situación de las fincas y, de ser conocidos por la compradora, implicarían que ésta no formalizaría la presente escritura de compraventa”.
Y es que difícilmente ILT puede argumentar que desconocía las reivindicaciones de un centenar de vecinos sobre las 31 parcelas y la existencia de documentación que ya habían presentado en 2001 en la Gerencia de Urbanismo. Se elevan a “causa esencial” la edificabilidad actual de las parcelas que fueron adquiridas por 96 millones. Un punto que también quedaría en el aire ya que, de volver estas parcelas a sus propietarios originales, éstos podrían hacer un plan parcial a su gusto y medida, como ya han manifestado en varias ocasiones.
Las informaciones apuntan que o bien Mapfre ya ha comunicado a ILT la posibilidad de hacer uso de estas cláusulas o podría hacerlo en breve. Y ello es debido a la serie de sentencias que han sido emitidas y previsiblemente, podrían hacerlo en el futuro, que obligan a devolver estos terrenos a sus propietarios originales. Otro tanto ocurriría con la resolución emitida por la Gerencia de Urbanismo aprobada unánimemente en pleno que reconoce los derechos de once de las 31 parcelas en litigio.
Una cifra a la que en breve podrían unirse varias más que fueron inicialmente reconocidas por Urbanismo aunque luego no aparecen así en el informe final. No obstante, estos vecinos ya han interpuesto un recurso de reposición ante la Gerencia. Todos ellos podrían acabar en los tribunales con el respaldo, nada desdeñable, del informe del Ayuntamiento, lo que hace que tengan muchas posibilidades de éxito.
Además, recientemente, una jueza rechazó la pretensión de Mapfre de ocupar el conocido como chalet del francés de este ámbito e incluso llegó a tachar a la empresa de “usurpadora”. Por si fuera poco, hace algunas semanas, el Tribunal Supremo (TS) vino a reforzar la sentencia emitida en su momento por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que obligaba a devolver cuatro parcelas a sus propietarios originales.
Cláusula. Todos estos hechos, unidos a la mala prensa que está generando la operación, serían motivos para que Mapfre esté con la mosca tras la oreja, al ver que el negocio no era tan redondo como en principio se había planteado. No obstante, desde un primer momento la empresa incluyó las cláusulas que aunque son habituales en este tipo de operaciones, en este contrato parecen tener segundas lecturas. Así habrían querido cubrirse las espaldas ante la eventualidad, nada descartable, de que se produjera esta avalancha de resoluciones en su contra. Desde Mapfre no se quiere hacer ningún comentario ni a favor ni en contra.
Tanto el responsable de Desarrollos Urbanos CIC, Rafael Olmedo, como sus abogados en la Isla han descartado hacer declaraciones y ni afirman ni ratifican la posibilidad de rescindir este contrato. Mucho más contentos están los vecinos de Las Huertas, para quienes el hecho de que Mapfre se retire de este negocio supondría allanar en gran parte el calvario por el que han venido pasando durante los últimos años.
“Sería muy fácil rescindir”
Los abogados de los vecinos de Las Huertas ratifican que legalmente es posible que Mapfre rescinda el contrato con ILT, lo que les obligaría a devolver nada menos que 96 millones de euros más los intereses devengados. La existencia de estas cláusulas ha sido una de las leyendas urbanas de compraventa de los terrenos de Las Huertas. Por su parte, la postura de ILT sigue siendo la misma. Ellos compraron libres de cargas y por lo tanto, los responsables últimos de este embrollo, que en ciertas ocasiones adquiere tintes de expolio, sería de la Junta de Compensación. Un punto de vista asumido también por el Ayuntamiento, que curiosamente forma parte de esta Junta. Los abogados consultados indican que, con este contrato en la mano, “sería muy fácil que Mapfre resuelva el contrato”. Y ello en cuanto por un lado, todo apunta a que gran parte de las parcelas volverán a sus dueños originales que así lo reivindican desde hace años y por otro, a que cuando esto ocurra, podrán modificar la edificabilidad de las parcelas que en estos momentos permite la construcción de 4.000 viviendas. El metro cuadrado de techo edificable fue adquirido por 851,45 euros y 600,64 por dotacional privado. Otra cláusula a la que se puede agarrar Mapfre es a que ILT garantizó que los terrenos no estaban ocupados por arrendatarios, aparceros y ocupantes, ni de explotaciones agrícolas o construcciones. Lo que tampoco se cumple claramente. Además, la promoción de chalets de lujo ha desaparecido de la página web de Mapfre.