El proyecto para rehabilitar la playa implica un aumento significativo de la superficie de arena y de especies vegetales
El conjunto de edificaciones aún previstas en Las Teresitas equivale a la construcción de un rascacielos de 83 plantas
laopinion.es/sábado, 25 de abril de 2009.- Noé Ramón, Santa Cruz de Tenerife. Hasta los mayores enemigos no dejan de reconocer que el proyecto ideado por Dominique Perrault para la playa de Las Teresitas tiene una enorme calidad y el resultado final podrá ser espectacular. El arquitecto francés siempre ha hablado de su proyecto como de "una alfombra, sobre la cual se disponen todos los elementos que van a configurar el paisaje de la playa futura". Siguiendo con el símil, el arquitecto indica que los usuarios de la playa podrán desplazarse por la misma como si transitaran por "una gran alfombra, por un paseo huérfano de edificaciones". Sin embargo, su contenido real ha sido celosamente escondido y pocos han tenido acceso a sus últimos detalles.
Y ello probablemente con el fin de no levantar susceptibilidades, dada la enorme polémica y causas judiciales que se entrelazan en este espacio. Lo que ha trascendido del proyecto, hasta ahora ha sido la parte más negativa. O lo que es lo mismo, el edificio de aparcamientos y centro comercial conocido como el mamotreto que se sitúa al inicio de la playa. Sin embargo, pocos saben que gracias a este edificio se podrán eliminar los coches de todo el frente de la playa y, por lo tanto, multiplicar por tres las zonas dedicadas al ocio o al deporte. El propio Perrault era claro al señalar que su objetivo no es otro que buscar una remodelación y regeneración total de este enclave y una completa sustitución de sus elementos urbanos y paisajísticos. Originalmente, el ambicioso proyecto se dividió en dos fases. Una iba a ser ejecutada y así se inició por parte de las instituciones canarias, y otra la llevaría a cabo Costas. El proyecto de Perrault tiene dos hitos importantes, como son las actuaciones al principio de la playa con una gran plaza con bares, restaurantes, tiendas y pérgolas bajo la cual se encontrará un aparcamiento de más de cuatrocientas plazas y el final donde se prevé situar un anfiteatro cuyo único y exclusivo espectáculo será toda la playa.
Rotonda.
Detrás del mamotreto se ubicará una gran rotonda, a partir de la cual saldrá una calle de tráfico muy restringido rodeada de pérgolas repartidas por todo el entorno, para evitar la idea de un camino en sentido estricto. Por aquí se irá al final de la playa, donde se situará una plaza anfiteatro que contará con una grada integrada en la montaña. Entre estos dos puntos se situará la ordenación de la playa, que contará con diversos usos como son deportivos con pistas y bares, restaurantes, chiringuitos que asemejan naves espaciales, centros lúdicos infantiles, juegos y demás elementos que intentarán completar toda la oferta necesaria.
Perrault se decanta por el uso de elementos como el pórfido rojizo, el acero cortén y la madera de pino rojo que se usará en el paseo que discurrirá por la actual playa. Según el arquitecto, la mayor dificultad ha estribado en cómo reorganizar y reordenar desde el punto de vista social, algo perfectamente consolidado en el uso e incluso en la memoria de los chicharreros. "Cómo reorganizar y reordenar algo que ya funciona y mejorarlo desde el punto de vista real". Se prevé utilizar todos los árboles existentes y aumentar la especies en un 95 por ciento al plantar 450 más.
Pero no todos son tan optimistas. Por ejemplo, los miembros de la Plataforma en Defensa de esta playa consideran que, de ejecutarse el proyecto de Perrault y el plan parcial, se produciría la destrucción "irreversible" de los valores naturales y ambientales y un choque significativo a causa de la llegada de 20.000 habitantes como residentes.
El arquitecto Joaquín n Galera calcula que la edificabilidad total supondrá 74.000 metros cuadrados, lo que equivale a un edificio de 83 alturas. De esta cantidad corresponderán 20.000 metros cuadrados al futuro hotel, 12.000 a áreas comerciales y 42.000 a aparcamientos subeterráneos. El porcentaje construido con respecto a la superficie total de actuación será del 16 por ciento. "Tal volumen de edificación, concentrada en gran parte en un espacio tan reducido supondrá sin duda un impacto muy significativo sobre el paisaje y las condiciones actuales de la cabecera de la playa". Y máxime cuando en teoría el objetivo final del proyecto de Perrault y de la compra de los terrenos era eliminar cualquier atisbo de edificación en todo este ámbito.
No obstante, este arquitecto admite que, efectivamente, este proyecto implicará una mejora de las condiciones de uso de la playa, pese a lo cual también manifiesta que "algunas de sus propuestas arquitectónicas alteran gravemente las características paisajísticas y ambientales de la playa, prevaleciendo la artificialidad del hormigón y el metal sobre las actuales condiciones naturales del paisaje".
Galera denuncia que el aparcamiento de la cabeza de la playa invadirá el dominio público en unos 1.400 metros cuadrados y unos 22 metros lineales, lo que representa casi el 15 por ciento de su superficie. Por lo tanto no se duda en que la volumetría del inmueble en todos los sentidos es "excesiva". También se critica el uso de los mismos materiales cuya reposición sería constante.
La edificabilidad se redujo en un 80%
La monstruosa edificabilidad contemplada en el primer plan parcial de Las Teresitas que data del año 1966 y que se cifraba en 832.000 metros cuadrados se ha visto progresivamente reducida a lo largo de los años hasta sumar en la actualidad 169.500 metros cuadrados, lo que implica una reducción de cerca del 80 por ciento. En el primer documento se preveía igualmente una población de 18.000 habitantes que luego se redujo a 8.400 en el año 1988, cuando la edificabilidad era de 332.5000 metros para pasar finalmente a 4.500 habitantes en el año 2005. De los cuales 4.000 personas serían residentes y 500 plazas alojativas en el futuro hotel. En el segundo plan parcial que data de 1988 los terrenos situados en los Valles estaban destinados en un 50 por ciento a residencial y otro tanto a residencial hotelero. Con estos datos en la mano la Consejería de Política Territorial considera "totalmente erróneo afirmar que se ha producido recalificación urbanística alguna, puesto que conforme a la ordenanza edificatoria prevista la posibilidad del uso residencial en la totalidad del ámbito ya estaba autorizada". Finalmente, en el año 2005 y ya dentro de la revisión del Plan General de Ordenación (PGO) de Santa Cruz se reparte la superficie edificable en dos unidades como es la de casi 49.000 metros cuadrados que corresponde a la batería militar donde se prevé construir un hotel para 500 personas y otra superficie de 121.000 metros cuadrados para uso residencial en Las Huertas. No obstante desde el Gobierno canario se subraya que en estos terrenos también se ubicará equipamiento docente, espacios libres o un parque deportivo, áreas de rehabilitación paisajística y finalmente al campo de fútbol de San Andrés, ya trasladado.
El impacto del hotel de Perrault
Las iras de los enemigos del proyecto de Dominique Perrault para la playa de Las Teresitas se centran sobre todo en la construcción del previsto hotel cuya volumetría y presencia de gran escala e impacto, constará con un edificio de doce plantas, 40 metros de altura, 180 metros de longitud y 60.000 metros cuadrados construidos. El inmueble quedará recubierto totalmente con mallas metálicas de acero inoxidable, lo que supone una apuesta estética muy arriesgada, que probablemente no será del gusto de todas las personas que la observen. Otro tanto se lleva el mamotreto, de casi doce metros de altura, lo que implicará una auténtica barrera física o muralla con el pueblo, "eliminando así de un plumazo la relación intrínseca que se mantenía históricamente entre la población residente de San Andrés y la nueva rasante creada al otro lado del barranco, cuya altura será de 7 metros". La superficie total construida es de 18.000 metros cuadrados.
Programas y superficies
Equipamientos.
En este capítulo entrarían la zona lúdico infantil, el parking de la cabeza de playa con 401 plazas y la reserva espacio al final de la playa que suman casi 13.000 metros cuadrados.
Uso comercial.
Se contemplan tres bares restaurantes y un comercio hasta sumar 2.137 metros cuadrados. A los que habría que sumar diez kioscos que llegarían a los 120 metros cuadrados. De esta manera el total de usos lucrativos alcanzará los 15.000 metros cuadrados.
Espacios públicos.
Suman poco más ochenta y dos mil metros cuadraos y se incluye la aportación de arena de playa, el paseo, la plaza a la entrada de la playa, el cementerio, la ordenación de los espigones y la plantación vegetal.
Vías de circulación.
En este capítulo se contemplan diferentes viales a que suma poco más de catorce mil metros cuadrados.
Área deportiva. Se incluyen lugares para practicar el skate-board, la petanca, tenis de mesa, área de patinaje, voley playa, fútbol playa, baloncesto playa, el anfiteatro y un pabellón libre. En total en este capítulo se ocuparán casi cinco mil metros cuadrados.
Servicios de la playa.
Se incluye un pabellón para la Cruz Roja, sala de socorrista, vestuarios y duchas, almacén para lanchas servicios y pabellón para la policía, servicios y duchas y el parking final de la playa bajo el anfiteatro hasta sumar poco más de mil metros cuadrados.
Superficie total.
Con todo ello queda claro que se incidirá sobre una superficie que alcanza los casi 120.000 metros cuadrados.
Fase previa.
Una fase previa a estos trabajos será la ejecución del encauzamiento del barranco del Cercado. Asimismo, se deberá llevar a cabo el nuevo puente de conexión con San Andrés que irá por encima del mamotreto.