laopinion.es/22 de febrero de 2009.-José Antonio Valbuena Alonso. El pasado martes, el presidente del Cabildo Insular de Tenerife nos sorprendía con unas declaraciones realmente insólitas e increíbles, afirmando, nada más y nada menos, que sacar a la luz nuevamente el "caso Las Teresitas" no era más que una vía disuasoria con el único objetivo de despistar a la sociedad sobre la grave situación en la que nos encontramos, y acusando además al Estado es acusado de despilfarrar 43.000 millones de euros.
Se trata de algo inaudito, que a muchos tinerfeños nos coge por sorpresa, y es que el Presidente de una institución, que precisamente no pasará a la historia por haber gestionado bien el dinero público, se atreve a decir, sin argumento alguno, que el Estado ha despilfarrado tal cantidad.
La primera afirmación que hay que refutar es ésa a la que se ha apuntado don Ricardo Melchior, según la cual el caso Las Teresitas sale a la luz de forma interesada y a conveniencia de un partido concreto. Este proceso judicial ha conseguido, entre otras cosas, destapar una presunta red de corruptela política y empresarial que le ha costado al Ayuntamiento de Santa Cruz casi 50millones de euros, pagados por un suelo público a unos empresarios que sin poner ni un solo céntimo de euro lograron ganar más de 100 millones de euros. Sinceramente, y de confirmarse los hechos, creo que se trata de un claro ejemplo de despilfarro público que no tiene ningún tipo de explicación lógica, por lo menos desde la lógica que debería suponerse a cualquier representante público, la que le dice que sus acciones han de guiarse por el bien general de los ciudadanos. Al contrario, parece que en este caso se ha impuesto otra lógica, más identificada e identificable a los dirigentes de CC, que es la de actuar y velar por el interés de algunos pocos ciudadanos con nombres y apellidos.
Esta supuesta trama ha conseguido entre otras cosas que el alcalde de una de las co-capitales de Canarias, cada vez que acude a los Juzgados a declarar, salga de ellos con una nueva imputación sin que pase nada. Por lo tanto, el señor Melchior yerra al intentar buscar cortinas de humo o vías disuasorias allí donde quién únicamente está emprendiendo acciones es la Justicia; la otra opción es pensar que el presidente del Cabildo Insular de Tenerife insinúa que la Justicia está teledirigida por no se sabe qué poderes fácticos tal como afirman con contumacia algunos responsables políticos del calado de Mariano Rajoy o José Manuel Soria.
Si quisiéramos hablar de despilfarro podríamos hacerlo y preguntarnos algunas cosas preocupan, y mucho, a los ciudadanos tinerfeños, relacionadas no sólo con la capacidad de gasto de la institución que actualmente preside el señor Melchior, sino también con cómo se procede a gastar el dinero público.
Pongamos sobre la mesa algunas obras, capitaneadas por el Cabildo Insular de Tenerife, y que han supuesto importantísimas inversiones públicas. Año 1996, 5.000 millones de pesetas de la época dedicados al Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife; año 2000, 14.000 millones de pesetas dedicados al Auditorio de Santa Cruz de Tenerife; año 2002, 306 millones de euros dedicados al Tranvía Santa Cruz-La Laguna; año 2006, casi 20 millones de euros invertido en la Plaza de España de Santa Cruz; año 2006, casi 50 millones de euros en el edificio del TEA, antiguo Instituto Óscar Domínguez.
No se trata de cuestionar la necesidad o no de todas esas obras que al final ya se encuentran ejecutadas, pero podríamos hacer el ejercicio de analizar otras acciones que quedan aún pendientes. ¿No hubiese sido más necesario para los intereses generales de Tenerife haber acelerado las obras de los Hospitales del Norte y del Sur de forma que hubiesen entrado en funcionamiento desde el año 2006? ¿No hubiese sido más necesario para los intereses generales de los tinerfeños que se hubiese ejecutado una buena red social de centros de día para atender a la gran cantidad de personas que demandan una ayuda de este tipo? ¿No hubiese sido más necesario fomentar y desarrollar la red actual de guaguas para mejorar el servicio que prestan?
De esta forma podríamos continuar planteando preguntas que realmente preocupan a los tinerfeños. Coalición Canaria, por medio de dirigentes como Adán Martín, Ricardo Melchior, Paulino Rivero, et alii, ha abandonado la austeridad en la gestión de los fondos públicos. Antiguamente se recurría a obras austeras, primando la funcionalidad a la estética y por lo tanto propiciando un ahorro importante de las arcas públicas, pero eso ahora se ha dejado a un lado, primando el principio del despilfarro público. No tiene sentido que las obras de los Hospitales del Norte y del Sur tengan problemas de financiación por culpa del diseño arquitectónico, ya que si se hubiese recurrido a otros diseños más convencionales no solamente se hubiesen podido terminar la obras con antelación, sino que incluso con lo ahorrado se hubiese podido dotar completamente dichas instalaciones.
Cada vez estoy más convencido que el concepto que tenemos los socialistas de despilfarro público es totalmente distinto al que tienen los dirigentes de CC, y que detrás de todo esto se oculta una diferencia profunda sobre el modelo de Isla que defendemos unos y otros, que son diametralmente opuestos. Mientras que para CC el modelo de Isla gira en torno a unos pocos, para los socialistas el modelo de Isla gira sobre los tinerfeños, de forma que se pueda generar un crecimiento equilibrado entre las casi un millón de personas que compartimos esta Isla, sin que nuestro lugar de residencia pueda suponer una ventaja o desventaja a la hora de acceder a los servicios que podemos considerar básicos.