Canarias 7 / 5 de junio de 2008.- Almudena Sánchez. Santa Cruz de Tenerife. El caso Las Teresitas provocó la crisis más importante que vivió el Partido Socialista Canario (PSC) de Tenerife. Curiosamente, en Coalición Canaria (CC), teniendo muchos más motivos -desde el debate interno que muchas veces genera la actuación del alcalde Miguel Zerolo hasta su propia imputación por la fiscal de Anticorrupción-, no se ha producido ningún tipo de polémica. Las discrepancias, llevadas siempre entre bambalinas, se superan cuando se trata de defender al alcalde de Santa Cruz de Tenerife. No sólo los nacionalistas insulares -el presidente de la Agrupación de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez- sino los regionales -el secretario de Organización, José Miguel Barragán-, han cerrado filas en torno a Zerolo.
La crisis socialista se produjo por la disparidad de discursos de sus dirigentes respecto al convenio de compraventa de Las Teresitas. El pleno en el Ayuntamiento capitalino del 23 de julio de 2001 fue la piedra de toque para que terminara de estallar el partido. Pocos días antes de esa fecha, la Ejecutiva insular del PSC, encabezada por el ahora diputado, Santiago Pérez, recomendó al grupo municipal votar en contra de la operación que promovió Zerolo.
Divergencias.
Sin embargo, la representación socialista en el Ayuntamiento, liderada por el histórico dirigente Emilio Fresco, hizo caso omiso a la dirección insular.
El motivo fue la posición que adoptó una asamblea, convocada para debatir las posiciones divergentes que ya empezaban a salir a la luz. Este órgano ratificó por una abrumadora mayoría la disposición del grupo municipal a votar favorablemente.
Paralelamente, las manifestaciones en contra de la dirección insular de dos de los cuatro concejales del PSC, José Luis Martín y Herminia Gil -imputada en el caso Fórum Filatélico, junto a Miguel Zerolo- se saldaron con la apertura de una expediente disciplinario.
El portavoz del grupo, Emilio Fresco, aguantó estoicamente la crisis que, por aquellos días, atravesó su momento álgido. Ni la dirección insular ni la municipal pudieron superar los problemas. Fue la federal la que disolvió la Ejecutiva local para nombrar una gestora, y la imputación en el caso de Fresco lo que provocó su petición de darse de baja del partido que le vio crecer.
La memoria no sirve para evitar errores.
El PSC vivió una segunda crisis tras la presentación de la querella por la Fiscalía Anticorrupción. El secretario de la agrupación local, Florentino Guzmán, salió inoportunamente a defender la actuación de los concejales en 2001 cuando el ex portavoz del grupo, Emilio Fresco, figuraba entre los imputados y el PSC intentaba desmarcarse lo más que podía del caso Las Teresitas.