La Gaceta de Canarias / 7 de febrero de 2008.- DAVID CUESTA. S.C. DE TENERIFE.— Ignacio González lo tiene claro: CajaCanarias concedió un préstamo de 5.600 millones de pesetas a la sociedad Inversiones Las Teresitas porque tanto Antonio Plasencia como él “vienen siendo clientes de la entidad, les conocen y sabían que iban a responder”.
Así se lo hizo saber el actual presidente de la Cámara de Comercio tinerfeña a la magistrada instructora del caso de Las Teresitas, Carla Bellini, en el testimonio que el imputado realizó el pasado 25 de mayo de 2007.
Sin embargo, esta afirmación no despeja las dudas existentes en relación a si los miembros de la entidad conocían su presencia en Inversiones Las Teresitas cuando se aprobó el crédito.
De hecho, sólo dos de las personas que declararon delante de la magistrada, por su relación con CajaCanarias, aseguraron conocer que Ignacio González estaba detrás de la compra de las once parcelas del frente de la playa (los miembros del Consejo de Administración en 1998, Arquímides Jiménez del Castillo y Amid Achi).
La enredadera de declaraciones en torno a este interrogante crece si se tiene en cuenta que el informe de viabilidad de la operación habla siempre en plural cuando se refiere a que “los socios eran personas de gran solvencia económica”.
Pese a ello, el director general de la entidad, Álvaro Arvelo, testificó que ellos “solamente se basaron en el conocimiento de Antonio Plasencia, aunque hablaran en plural” cuando valoraron los riesgos de la concesión del préstamo.
En la misma línea se manifestó el presidente de CajaCanarias, Rodolfo Nuñez. “Sólo sabíamos que en Inversiones Las Teresitas estaba Antonio Plasencia”, testificó.
La concesión del crédito, cuanto menos, se hubiese retrasado de saber la entidad que uno de sus consejeros se encontraba inmerso en la operación. No obstante, el Banco de España sancionó a CajaCanarias por no informar de la presencia de Ignacio González como beneficiario del préstamo.
Un negocio para todos
De cualquier forma, el empresario insistió en su declaración que a CajaCanarias le interesaba cerrar la operación casi tanto como a ellos.
En concreto, González se desmarcó de las preguntas de la magistrada acerca del riesgo de la operación crediticia al aseverar que “la entidad hizo un negocio, porque recibió 800 millones de intereses”.
El interés por las dos partes era obvio, ya que Rodolfo Nuñez testificó que se dio luz verde al préstamo con tanta premura porque “sino el cliente se va a otro banco, lo que suele ser habitual”.
Por otra parte, González discrepó con la realidad al declarar que adquirió el 50% de Inversiones Las Teresitas a Felipe Armas (el empleado que utilizó para evitar que su nombre figurase en la petición del crédito) “aproximadamente un mes” después de la concesión del préstamo. Lo cierto es que el empresario se hizo con la mitad de la sociedad sólo tres días después de que se aprobase el crédito en el Consejo de Administración.