Diario de Avisos / 7 de febrero de 2008.- Vicente Pérez. Santa Cruz. El presidente de CajaCanarias, Rodolfo Núñez Ruano, admitió ante la juez del caso Las Teresitas, que esta entidad financiera fue sancionada por "una falta leve" por no comunicar al Banco de España que uno de sus consejeros, el empresario Ignacio González Martín, era el destinatario real del crédito de 33 millones de euros con que Inversiones Las Teresitas SL adquirió el frente de Las Teresitas y el Valle de Las Huertas.
En cualquier caso, mantuvo que pese a este "error administrativo", se trató de una operación financiera "impecable", pues "en todo momento los clientes pagaron trimestralmente los intereses" y CajaCanarias ganó 800 millones de las antiguas pesetas, según detalló ante el Tribunal el propio González. El máximo responsable de la entidad de ahorro, quien compareció ante la magistrada el 4 de octubre como testigo, aseguró que, cuando se aprobó esta operación crediticia, nadie le dijo que detrás de Inversiones Las Teresitas SL estaba Ignacio González, y que "los miembros del consejo" de CajaCanarias no superieron hasta "cuatro meses después" de concederse el préstamo que Fernando Ramos -socio fundador junto a Antonio Plasencia de la citada sociedad mercantil- era apoderado de González. Tanto el testaferro como ambos empresarios están imputados en esta querella. El máximo responsable de CajaCanarias manifestó además ante la juez que esa "falta administrativa" acarreó a Ignacio González Martín "una multa económica y una inhabilitación para seguir siendo consejero" de esta entidad.
La fiscal Anticorrupción, María Farnés, recordó durante el interrogatorio que el Banco de España había advertido en 2000 que CajaCanarias "primaba en sus operaciones consideraciones de tipo económico y sociopolítico sobre criterios técnicos", a lo que Núñez mostró su disconformidad porque "esto es un negocio, y el Banco de España dice estas cosas pero no son verdades absolutas".
Interpelado por la fiscal sobre si asistió a una sesión de la Comisión de Control de CajaCanarias para explicar el préstamo pedido por Inversiones de las Teresitas, respondió que creía que no, y que si acudió a la sesion es "motivado por la propia curiosidad". Esta versión contrasta con la aportada ante la juez por el entonces presidente de este órgano de control, Juan Gutiérrez, quien mantuvo que tanto Núñez como el director general de la entidad, Álvaro Arbelo, "decidieron asistir porque querían explicar a la comisión" esta operación crediticia. Este último sostendía ante la juez que fueron a esa reunión porque la Comisión los invitó, porque nunca van si no se les pide, pero justificaron su presencia "por la propia naturaleza de la operación, y por la repercusión pública que tuvo", dijo.
Los motivos del préstamo
En cuanto a las garantías exigidas, Núñez confirmó que la única eran los propios terrenos que el prestatario iba a comprar con el dinero, y señaló, a preguntas de la fiscal, que no sabía que en esas parcelas "no se podía construir", porque en esa fecha estaba pendiente de resolverse un recurso en el Tribunal Supremo sobre la edificabilidad del frente de playa.
A su juicio, conceder un préstamo a una sociedad que aún no estaba legalmente constituida, como en este caso, "no es normal, pero se puede hacer", y atribuyó la rapidez con que se tomó la decisión a que "el cliente debió presionar mucho y la Caja corrió".
El mismo día en que Núñez compareció ante la juez lo hizo también el director general de CajaCanarias, quien declaró, al igual que el presidente, que cuando se concedió el crédito conocía a Antonio Plasencia pero no "quién era ese otro señor", y que, en realidad, la entidad aprobó la operación "por la solvencia económica" de este empresario, aunque en el informe sobre el préstamo se hiciera referencia a los socios, en plural.
Ante la insistencia de la fiscal sobre si nadie se dio cuenta de que detrá de Felipe Manuel Armas podía estar Ignacio González, el director general de CajaCanarias adujo que pensaron que "era una persona de relleno". Arbelo reconoció que se abrió un expediente a CajaCanarias por no haber solicitado a autorización al Banco de España para dar el crédito a un consejero, pero restó importancia a esta sanción porque "eso es habitual, son muchas operaciones, caben interpretaciones distintas".
A su juicio, para la entidad de ahorro los terrenos "tenían una calificación y un potencial indiscurible", "se pelean los bancos para financiar la construcción de viviendas". En concreto, Arbelo se refirió a la trasera de Las Teresitas, el valle de las Huertas, donde "había un potencial de edificabilidad muy importante". De hecho, Ignacio González y Antonio Plasencia vendieron luego en 2005 estas parcelas a Mapfre Inmobiliaria por más de 96 millones de euros, lo que, junto a los 52,6 millones obtenidos del Ayuntamiento capitalino por el frente de playa, les reportó un volumen de negocio de unos 150 millones de euros.