Carles Puigdemont
- Escrito por Joaquín Hernández
- Published in Política

Periodista, diputado del Parlamento Europeo y presidente de la Generalitat entre 2016 y 2017, fugado en el maletero de un coche la noche del 28 de octubre, después de la declaración unilateral de independencia de Cataluña del estado español, cesado en su cargo el mismo 28 de octubre en aplicación del artículo 155 de la Constitución española, en búsqueda y captura por delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos.
Instalado en Bélgica, concurrió como candidato a las elecciones al Parlamento Europeo de 2019 en España y resultó elegido eurodiputado. Una resolución del Tribunal de Justicia de la Unión Europea relativa a la situación procesal de Oriol Junqueras propició que se pudiese tramitar su acta de parlamentario en enero de 2020.
Carles Puigdemont, presidente de JuntXCat, prófugo de la justicia española, vive en su lujosa mansión de Waterloo a cargo del establishment catalanista.
Ocurre que los miembros de ese establishment, entre los que se encuentra la CaixaBank, empieza a cansarse de sacar pasta gansa para comprar “chocolatinas” al fan de los Beatles (se dice que se deja el corte de pelo imitando a John Lenón) verdadero vicio del presi de la “republica”, tanto es así que han pedido que recorte gastos o que se busque un pluriempleo de lo que sea, que ayude a los cuantiosos gastos, o bien que se entregue a las autoridades españolas y se deje de cuentos catalanistas sobre la representación de Cataluña en la Unión Europea.
Carles Puigdemont ha sido un fiasco para los secesionistas catalanes, eso lo dicen los propios, los enemigos y los extraños, todos coinciden en ese extremo.
Se dice, se rumorea y se comenta el enfrentamiento con Oriol Junqueras, el que ha llegado a decir en peti comité “Aquella noche me llamó llorando (Puigdemont) y pidiéndome consejo sobre lo que tenía que hacer, yo le dije lo que yo pensaba hacer, que no era otra cosa que enfrentarme a los hechos y afrontar las consecuencias, él me dijo que no quería ir a la cárcel y pretendía huir fuera de España y que con su huida serviría más y mejor al procés, estaba claro que estaba llorando y con mucho miedo”. Oriol y sus compañeros de fatigas, que se mamaron un proceso judicial en prisión provisional sin fianza, y luego cuatro años de talego, hasta que les llegó el indulto, no están por la labor de apoyar las “reivindicaciones milongueras” de Carlitos y piensan que lo que tiene que hacer es echarle cojones a la cosa y volver a Cataluña pase lo que tenga que pasar.
Puigdemont cree, como dicen creer los de Ezquerra Republicana, que es el momento de chantajear a Pedro Sánchez en el sentido de apoyar su investidura como presidente del gobierno de España en el parlamento español, o sea, que, si no garantiza la amnistía a los que aún están escapando de la justicia española y autoriza un referéndum de autodeterminación, no habrá acuerdo ni votos a favor ni abstención. Así de cruda se presenta la historia.
Hasta aquí es lo de siempre, contra el vicio de pedir, la virtud de no dar.
Porque los independentistas catalanes saben muy bien, mejor que la mayoría de los españoles, que para realizar una consulta de autodeterminación al pueblo catalán se debe modificar la Constitución española, y que se tiene que hacer con un mínimo de tres quintas partes del Senado y el Congreso, cosa imposible de acuerdo con el panorama actual de ambas cámaras legislativas.
El proceso de independencia de Cataluña se parece a una gran jaula de grillos donde nadie se pone de acuerdo y donde cada cual quiere la mejor tajada de la tarta. La Generalitat, que gobierna Pere Aragonés de ERC, está sujeta al poder gracias al apoyo del Partido Socialista Catalán, los enfrentamientos entre unos y otros independentistas están en la orden del día, es raro que aún no se hayan liado a piñazos en la Ciudadela, aunque se han llamado desde “fill de puta” a “mal parit”, la sangre no ha llegado al río Besós.
Puigdemont, Pere Aragonés, Oriol, y compañía, saben muy bien, lo tienen clarísimo, que la posible solución al dialogo y no enfrentamiento, pasa porque gobierne el Psoe en coalición con Sumar, no hay más, o esto o volver a unas nuevas elecciones dando otra oportunidad a Feijóo y Abascal, al PP y VOX, a que ocupen la poltrona de la Moncloa, y si esto ocurre que se olvide Puigdemont y su mariachi, y que rece por seguir teniendo la inmunidad parlamentaria europea, de no ser así el Juez Llarena estará supercontento de activar, la búsqueda y captura de Carles Puigdemont, a la Europol, Interpol, y etc.
Y el 155 a tope con la legión patrullando la ciudad…
Allá ellos, o Pedro o el caos.